El sexenio de AMLO en el mundo del cine no fue de comprar palomitas y disfrutar la función.
Se ordenó la extinción del Fidecine y Foprocine, que en conjunto apoyaron cerca de 500 largometrajes a lo largo de dos décadas y se creó en su lugar al Focine, el cual, después de tres años en funcionamiento, continúa sin estar en papel legal.
En abril, en Comisiones del Senado, se dictaminaron dos párrafos en los "que se reconoce el fomento y promoción permanente en términos de los mecanismos que para tal efecto determine el Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría de Cultura", pero no se votó en el pleno porque terminó la legislatura y no se cuenta ahora con fecha para eso. Luego del Senado debe pasar a Diputados.
También, hasta ahora, quedó a oscuras la nueva Ley Federal de Cinematografía, trabajada por el propio sector fílmico gubernamental encabezada por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) al igual que por figuras como la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC). El documento llegó a estar listo en la Oficina de Presidencia, pero no se envió al Congreso de la Unión.
Este sexenio pasará a la historia como en el que, ciertamente, se apoyaron más películas con fondos públicos (587), 29 más que el de Enrique Peña Nieto y 82 más que el de Felipe Calderón Hinojosa. Pero también en el que bajó el promedio otorgado a cada proyecto, con 6.2 millones de pesos por filme, en comparación con los 7 millones de pesos otorgados durante el mandato de EPN, que ya venía en descenso en relación con los 7.8 millones de FCH.
Actualmente, una cinta vía Focine, dependiendo si es experimental, ficción, documental o animación, puede solicitar entre 550 mil y 10 millones de pesos, o hasta 80% de su costo. El promedio es sólo una cifra que mejor refleja los apoyos dados, pero cada uno de ellos requirió de distintas cantidades.
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Los datos fueron extraídos por EL UNIVERSAL de informes disponibles en la Plataforma de Transparencia del Gobierno Federal, anuarios estadísticos del Imcine, cifras proporcionadas por el propio Instituto, reportes oficiales sexenales, así como de la asociación civil Observatorio Público Cinematográfico Rafael E. Portas y datos propios.
“Con Zedillo (1994-2000) se producían apenas 16 películas, con Fox comenzó el Fidecine; con Calderón fue ascendente porque llegó el Eficine y luego empezó una lenta caída con Peña Nieto que no pudimos parar la comunidad cinematográfica, debido a que el PRI tenía mayoría en el Congreso y no modificaron nada en sus seis años. Ahora hubo recortes, quitaron fideicomisos y no subieron nada, ahora espero que sea todo recompuesto por el segundo piso de la 4T, a ver si lo hacen”, comenta Víctor Ugalde, cineasta y presidente del Observatorio.
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Piden ajustes al presupuesto
Justo una preocupación de la comunidad es que el dinero federal destinado al apoyo del cine mexicano no se han incrementado conforme a la inflación.
Avelino Rodríguez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), así como otros grupos de la comunidad fílmica, han sostenido reuniones con representantes de Claudia Sheinbaum, que llegará a la Presidencia de la República el próximo 1 de octubre, para expresarle sus inquietudes.
La Cámara ha hecho hincapié en incrementar el Eficine (ahora con 700 millones de pesos), acorde a los tiempos, pues mientras el salario mínimo ha crecido en un 110% y la inflación acumulada en 20 años un 118%, no ha sido así con los apoyos gubernamentales.
“Ya no se puede comprar con el mismo dinero ahora, lo que se podía en 2018, todo ha subido para hacer cine”, señala el también productor.
Tan sólo para darse una idea, una pequeña revisión a la canasta básica arroja que mientras en 2019 el kilo de tortilla y huevo estaban en los 16 y 28 pesos, respectivamente, ahora cuestan, en promedio, 23 y 47 pesos.
“Los fallos vienen de no tener objetivos claros, cambiaron los criterios de asignación de fondos públicos. De pronto la autoridad decide durante seis años promover la democratización de fondos y la incorporación de sectores vulnerables y está bien, pero con qué objetivo cuantitativo, porque al final se está produciendo un inmenso volumen de películas que no llegan a estrenarse y eso ya se vuelve un problema grande”, destaca.
De acuerdo con datos del Anuario Estadístico de Cine Mexicano, de 2019 a 2023 llegaron a la pantalla 401 largometrajes, cifra que la coloca como el segundo mejor sexenio de los últimos cuatro, sólo detrás del de Peña Nieto, que arrojó 542.
El actual sexenio contabilizó 63.4 millones de asistentes, contra los 154.8 millones del pasado, pero la cifra está sesgada por los años de la pandemia por el Covid-19.
Dan voz a las lenguas originarias
Armando Casas, presidente de la AMACC, destaca que las autoridades fílmicas dejaron pendiente el problema de la exhibición y producción, pero aplaude la creación del Estímulo a la Creación Audiovisual en México y Centroamérica para Comunidades Indígenas y Afrodescendientes (ECAMC). De ahí han salido 42 largometrajes en lenguas como mixteco, tsotsil y zapoteco como “Ch’ul be, senda sagrada”, algo que nunca había pasado.
“Hay que reconocer que aún tenemos un problema en exhibición y distribución, todavía hay muchos pendientes, pero creo María Novaro hizo un buen trabajo, primero porque no permitió que estuviera vacío el espacio (de apoyos) y tuvo la capacidad de tener una alternativa que no es la óptima, pero la tuvo, otro quizá hubiera dicho que durante un año no habría apoyos”, considera Casas.
El Focine, la actual figura de apoyo, destinó de manera inédita 100 millones de pesos al equipamiento de salas a iniciativas de formación de públicos, en ambos casos mediante convocatoria abierta.
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Los pendientes del Imcine
La administración de Imcine aún debe 1.45 millones de pesos a un grupo de productores que recibieron apoyo del extinto Fidecine.
El caso se dio a conocer en agosto de 2022, cuando medio centenar de proyectos revelaron que no se les había entregado, en conjunto, 85 millones de pesos desde 2020.
María Novaro, directora del Instituto, reconoce dicho adeudo, así como la entrega de premios a los ganadores de la convocatoria de Guión y Desarrollo.
En cuanto a productores, reitera que los retrasos se debieron a los amparos promovidos por la desaparición del Fideicomiso.
Con los ganadores de Guión recalca que se les explicó la situación actual.
“Yo quería con toda mi alma que se acabaran de pagar conmigo, pero no hubo manera, nos cerraron las compuertas en agosto por cierre administrativo (de gobierno) y dijeron se libera el dinero en octubre, está en las arcas de Imcine y lo va a pagar esté quien esté”, asegura