
Nadie puede negar el éxito que obtuvo la tercera temporada de “El juego del calamar”: en su tercer día tras el lanzamiento se coronó como la serie de habla no inglesa más vista a nivel global en el top 10 semanal de Netflix. Sin embargo, el final de la serie causó un debate en redes, con comentarios que iban entre la decepción y el asombro por el destino de Gi-Hun, el jugador 456. Estas dudas de la audiencia, sobre si fue el cierre adecuado para la historia, también se las planteó el protagonista Lee Jung-jae, quien encarna a Gi-Hun.
Durante una entrevista con el medio The Wrap, el actor compartió que también se sorprendió con las decisiones del director Hwang Dong-hyuk:“Hablé bastante con el director sobre si realmente ese era el mejor final”, dijo.
Aun así, decidió confiar en su visión, dado el impacto y la recepción que habían tenido los capítulos anteriores.
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Lee Jung-jae relató que consideró insistir más con sus propias ideas sobre el desenlace de la temporada, pero la claridad con la que Hwang tenía definida la historia, lo llevaron a confiar. Además, expresó que el director buscaba transmitir una sensación de esperanza al público.
El personaje de Lee Jung-jae , tras avanzar hasta la última competición en los juegos, protegiendo al bebé de Jun-Hee (encarnada por la actriz y cantante Jo Yu-ri), toma una fuerte decisión.
"No somos caballos. Somos humanos", dice Gi-hun, recordando una conversación con el líder. "Los humanos somos...", alcanza a decir antes de que su voz ya no suene.
Aunque muchos no comprendieron esas líneas, se invitaba al público a reflexionar y dar su propia interpretación. Tanto los actores como el creador han mostrado empatía con los seguidores de la serie.
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En una entrevista para Variety, Hwang detalló que se grabó una versión alternativa con un destino diferente para Gi-hun.En esa escena, el protagonista se reencontraba con su hija, sentado junto a ella en el avión, mientras la voz del reclutador resonaba como un eco lejano, simbolizando que dejaba el pasado atrás y priorizaba a su familia.
No obstante, esta toma no fue la elegida, ya que el personaje había evolucionado durante la historia y ya no era el mismo que había ingresado al juego por desesperación.
“Queríamos que quedara claro que Gi-hun ya no podía ser indiferente. Había sido testigo del horror y no podía simplemente regresar a la normalidad”, explicó el director.