Después de un atropellado inicio, debido a los ingresos poco ágiles de los asistentes y la cancelación de varias bandas participantes, el primer día de actividades del Hell and Heaven fue cerrado con broche de oro por Slipknot y Helloween.

Los primeros en salir fueron los veteranos del metal, Helloween, y el público llenó el escenario secundario, situado al costado del principal, y disfrutaron cantando los clásicos de la agrupación como "I want Out", hasta "Future World".

Considerados los padres del power metal, demostraron que la edad no es impedimento para seguir disfrutando del rock, y con ello contagiaron a todos sus seguidores que respondieron coreando cada tema con los puños en alto.

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Para despedirse y ceder el protagonismo a Slipknot, la agrupación lanzó globos color naranja con el icónico rostro de una calabaza tallada, mismo que ha aparecido en la portada de muchos de sus discos.

Rápidamente, el heavey metal de Hamburgo se transformó en un metal agresivo, gracias a los estadounidenses de Slipknot, que salieron al escenario con sus máscaras características.

De igual forma emocionaron con los dobles pedales en el bombo de Jay Weindberg, baterista del grupo, y los riffs de Mick Thompson que invitaban a sus fans a mover la cabellera una y otra vez. Pero lo que realmente hizo que el público se encendiera fue la voz ronca de Corey Taylor.

Bajo esa atmósfera de fiesta y energía, culminó un primer y problemático día de actividades, donde la entrega del público a sus grupos pudo más que la mala organización del festival.

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