En la familia Pinal, “Viridiana” no es solo un nombre; es un símbolo que entrelaza los éxitos más brillantes de la dinastía con las tragedias que dejaron una marca indeleble en sus integrantes.
Cuando Silvia Pinal tenía 30 años, tuvo la oportunidad de trabajar con el aclamado director Luis Buñuel en “Viridiana”. La película, polémica por su contenido irreverente y considerado “blasfemo”, enfrentó la censura de la dictadura franquista en España y críticas del Vaticano. Sin embargo, lejos de intimidar a la actriz, este proyecto la catapultó al reconocimiento internacional.
Luis Buñuel, tras años de exilio, utilizó “Viridiana” para desafiar los valores conservadores del régimen franquista y de la Iglesia católica. La cinta, que incluía escenas como una parodia de “La última cena”, narraba la historia de una joven novicia enfrentada a situaciones que desafiaban las normas religiosas y morales de su tiempo.
La obra ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1961, un logro que provocó la prohibición de su exhibición en España y la orden de destruir todas las copias en el país. En un acto de valentía, la diva del Cine de Oro logró sacar clandestinamente una copia y enviarla a México, donde pudo ser apreciada, preservada y vista en otros países. Años después, tras la caída del régimen franquista, “Viridiana” fue reconocida como una obra maestra del cine mundial.
Por supuesto, la valentía de la protagonista de “Mujer, casos de la vida real” jugó un papel clave en su preservación.
Lee también La aventura cinematográfica de Silvia Pinal con Luis Buñuel
Viridiana, un nombre que también trajo amor
Durante el rodaje, la primera actriz y Gustavo Alatriste, productor de la película, vivieron un romance que los llevó al matrimonio. De esa unión nació su hija Viridiana Alatriste, cuyo nombre fue elegido en honor al icónico filme. Luis Buñuel, en un gesto significativo, fue su padrino de bautizo.
Viridiana Alatriste, quien seguía los pasos de su madre, participó en proyectos televisivos y actuó junto a Silvia en “Mañana es primavera”, parecía tener un futuro prometedor. Sin embargo, su vida se truncó a los 19 años en un accidente automovilístico ocurrido el 25 de octubre de 1982 en Ciudad de México. Según las autoridades, el vehículo en el que viajaba perdió el control en una pendiente mientras viajaba a exceso de velocidad.
La pérdida dejó un dolor inmenso en la estrella, quien recordó la última conversación que tuvo con su hija: “Te quiero, hija”, dijo la actriz, a lo que Viridiana respondió devolviendo el sentimiento.
En su autobiografía, Pinal describió cómo vivió la tragedia: “No me permití abrazarla. De ninguna manera podía sentir la frialdad de la muerte en aquel cuerpo que había visto unas horas antes. Mi niña, quien era mi gran felicidad y compañera... No la toqué; habría sido como dar el cierre definitivo a algo que no aceptaba”.
Otro capítulo de tragedia con el mismo nombre
Sylvia Pasquel, hija mayor de Silvia Pinal, quiso honrar la memoria de su hermana al nombrar a su segunda hija Viridiana Margarita Frade Banquells. Tristemente, el nombre volvió a asociarse con la desgracia cuando la pequeña, de solo dos años, falleció en un accidente en la piscina de su casa.
Según Pasquel, la niña intentó alcanzar un patito que había caído al agua, pero terminó cayendo al agua: “Es un dolor que no superas nunca. Aprendes a sobrellevarlo, pero al final del día, siempre está contigo”, compartió en “El minuto que cambió mi destino”.
El impacto fue devastador. Stephanie Salas, en medio del dolor, salió de la casa sin rumbo: “No sabía a dónde se había ido. Hasta mi perrito se escapó ese día”, dijo Pasquel.
El suceso marcó el fin de la relación entre Sylvia y el padre de la niña, Fernando Frade. Pasquel, en su duelo, expresó: “No hay palabras en el mundo que puedan describir lo que significa para una madre perder a un hijo. Es un vacío que nunca se llena”.
Lee también Senado guarda un minuto de silencio por la muerte de Silvia Pinal; políticos se suman a las condolencias