Dos películas de la filmografía de Silvia Pinal, tendrían que ver las nuevas generaciones para entender la clase de actriz que era la nacida en Guaymas y quien murió a los 94 años de edad.
“Simón del Desierto” y “Viridiana”, la última ganadora en Cannes 1961, son historias que, dice el crítico cinematográfico Arturo Aguilar, harían que el público descubriera el talento de la artista.
“Para generaciones más jóvenes se convirtió en referente por los memes y lo que hizo en televisión, pero quedando en el olvido que fue una actriz buenísima, que hizo colaboraciones con Buñuel (“Los olvidados”), cuando las veas descubrirían su impresionante registro actoral que hizo bastante en el cine nacional”, dice el especialista en W Radio.
Mientras en la primera interpreta a una mujer sensual que intenta sacar de sus cabales a un beato que ha hecho penitencia por seis años; en la otra a una novicia que va cambiando su postura angelical por otra más compleja.
“Ha sido el último rostro del cine mexicano de una época que traspasó fronteras, no encontramos ahora un símil posible, tomando en cuenta que ahora tenemos actrices jóvenes muy buenas y talentosas”, considera Aguilar.
Destaca que Pinal tenía un fuerte carisma que, sumado a su innegable talento en los set y escenarios, así como con su belleza, la hacían algo apabullante.
“Tenía una enorme conexión con el público, era muy buena actriz y eso ni siquiera se debate. Hay quien puede tener una o dos de esas características, pero ella tenía las tres, además hizo cosas que otras no, como teatro musical y comedia”, indica.
En vida, Pinal fue reconocida con el Ariel de Oro a la trayectoria por parte de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, así como homenajes en festivales como el de Acapulco.
Recién, en los Estudios Churubusco, se bautizó a un edificio de camerinos con el nombre de la actriz.
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