
A Rogelio Guerra la vida lo convirtió en un actor, el destino y el conocer a las personas indicadas lo llevaron a consolidarse como una estrella del teatro, el cine y la televisión; fue considerado un galán y enamoró al público con su historia junto a Verónica Castro en "Los ricos también lloran".
Rogelio, nacido el 8 de octubre de 1936 en Calvillo, Aguascalientes, nunca soñó con ser actor, pues cuando tuvo que interrumpir sus estudios para comenzar a trabajar para ayudar en su hogar, lo hizo de Bell Boy, es decir, de botones en El Hotel Continental Hilton, inaugurado en 1956, todo un referente de la esquina de Paseo de la Reforma y Avenida de los Insurgentes en la Ciudad de México.
Rogelio trabajó también como machetero en un camión repartidor de medicinas, fue además decorador de loza, laboró en un banco y su oportunidad para iniciar en el camino artístico apareció gracias a uno de sus mejores amigos de la vida, el cantautor Óscar Chávez.
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La casualidad que encaminó a Rogelio Guerra a la actuación
Rogelio Guerra se ganó el reconocimiento y los aplausos del público gracias a su disciplina y entrega, a lo largo de su carrera fue reconocido como un hombre armonioso, educado y perseverante, aunque llegó a la actuación de mera coincidencia, cuando al asistir a una fiesta que lo invitó su amigo Óscar Chávez, conoció a Enrique Lizalde, primo del cantante.
"Mira, él es el dueño de esta casa y quiere hablar contigo, 'gracias por venir, queremos proponerte que te sumes a nuestro grupo, a este taller de teatro para aficionados'", le dijo Lizalde, quien dirigía la comedia musical a la que finalmente se sumó Rogelio Guerra, no sin antes negarse, pues admitió que tenía experiencia nula en la actuación.
"Yo no sé nada de esto, yo soy Bell Boy", contó en una charla con Cristina Pacheco.
"Cuando él ensayaba una obra experimental que dirigió Enrique Lizalde faltaba un actor en esa pieza. Chávez me preguntó '¿por qué no te avientas?' y fue así como debuté en el escenario improvisando", reiteró a este diario, donde compartió que le tocó enseñar esgrima a algunos actores como a Erik del Castillo.

Para el cine Guerra llegó con más capacidad en el papel de un médico en la película "Amor y sexo" de Luis Alcoriza, cinta de 1964 protagonizada por María Félix y Julio Alemán; a este proyecto le siguieron al menos 70 películas más, 33 telenovelas y 70 obras de teatro.
La disciplina marcó la carrera de Rogelio Guerra, quien sabía que sólo trabajando se podía obtener el aplauso del público, aplauso que él tuvo hasta el final de sus días.
"La vida enseña que solo a base de trabajo y más trabajo puede superarse la persona. El teatro me recuerda a la escuela. Cada representación es como un examen. El aplauso es la buena calificación. El silencio es que estás reprobado".
rad
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