, viuda de Julián Figueroa, se encuentra en una batalla legal para recuperar a su hijo, José Julián, quien desde el 22 de enero está bajo la custodia de su abuela, la actriz Maribel Guardia.

La disputa comenzó luego de que la actriz y cantante de 65 años denunciara a su nuera por presunto abandono del menor, lo que llevó a que la Fiscalía determinara que el niño debía permanecer temporalmente con su abuela mientras se realizaban las investigaciones.

El pasado lunes 27 de enero, Imelda emitió un comunicado en el que anunció que solicitará la anulación del proceso legal en su contra, argumentando que la denuncia de Maribel podría estar viciada, ya que el fiscal que la recibió fue destituido por supuestos actos de corrupción e influyentismo.

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“La Fiscalía no me sometió a exámenes psicológicos ni toxicológicos correspondientes. Además, no fui notificada adecuadamente de las medidas restrictivas y, sin previo aviso, mi hijo fue entregado a Maribel Guardia en plena madrugada”, expresó Imelda en su declaración ante los medios de comunicación.

Días antes, en una conferencia de prensa, la presentadora costarricense reveló que la custodia del niño se ha extendido a 90 días y aseguró que su nuera debe someterse a rehabilitación para recuperar a su hijo. Según la actriz, Imelda tiene problemas con el consumo de sustancias y el alcohol desde antes del fallecimiento de Julián Figueroa en abril de 2023.

Maribel Guardia incluso ofreció pagarle un tratamiento en una clínica de rehabilitación y afirmó que su nuera ha estado ausente en la vida de su hijo, sin asistir a eventos escolares o deportivos importantes para el niño.

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Imelda Tuñón denuncia violencia vicaria

Tras estas declaraciones, Imelda Tuñón recurrió a sus redes sociales para rechazar las acusaciones y denunciar que es víctima de violencia vicaria, una forma de violencia de género en la que los hijos son utilizados como una herramienta para dañar a sus madres.

Según Lucía Núñez del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM, la violencia vicaria ocurre cuando una persona, generalmente la expareja o la familia del padre, emplea a los hijos para castigar, manipular o causar sufrimiento a la madre. Puede manifestarse de diversas maneras, como:

  • Amenazas de quitar la custodia o alejar a los hijos de la madre.
  • Desacreditarla frente a los niños o impedir la convivencia.
  • Uso de procesos legales para restringir el contacto con sus hijos.
  • Quitar la custodia de los hijos o amenazar con hacerlo.
  • Retener, ocultar o sustraer a los menores para evitar la convivencia con la madre.
  • Impedir o restringir el contacto de los niños con su madre mediante procesos legales o amenazas.
  • No atender adecuadamente a los niños en su alimentación, educación o salud para que la madre se vea obligada a intervenir.
  • Hacer falsas acusaciones contra la madre para deslegitimarla como figura materna.

Las mujeres víctimas pueden experimentar ansiedad, depresión y desesperación al ser separadas de sus hijos. Mientras que los menores pueden sufrir trastornos emocionales, baja autoestima y problemas en su desarrollo social. En los casos más extremos, la violencia vicaria lleva al asesinato de los hijos por parte del agresor, como una forma de causar el máximo dolor a la madre.

En México, la violencia vicaria está reconocida en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en 10 estados, mientras que 12 entidades la incorporaron en sus Códigos Penales. Las sanciones pueden incluir hasta 5 años de prisión y la pérdida de la patria potestad en casos de maltrato.

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