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En un festival donde el público está acostumbrado a interactuar poco con los DJ y productores, el dúo de Países Bajos W&W, logró ser una propuesta diferente con un DJ set compuesto y creado para involucrar de principio a fin a sus fanáticos.
Primero pidiéndoles aplaudir, pidiéndoles gritar, y el público respondió a cada petición aceptando con alegría como el dueto salía de lo convencional, y se dirigía hacia ellos.
Brincando y bailando, levantando los brazos, moviendo los de un lado a otro, ondeando banderas de países como Guatemala, Costa Rica y hasta Irán, el público permaneció conectado con el dúo durante la hora y media de su presentación.
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La cual además de involucrar al público a través de los coros de sus canciones, estuvo acompañada por el movimiento de la estatua del escenario principal, juegos de luces, y lásers de una escenografía de más de 8 metros de altura y 40 de largo.
En las pantallas se podía ver a W&W disfrutando cada mezcla, con una sonrisa al ver la respuesta del público de la capital, el cual gritaba en cada nuevo tema “¡Eeeee! ¡Ooooooo!”.
A mitad de su concierto W&W pidió que todo el público levantara sus celulares con la luz del flash encendidas e hizo que los miles de fans subieran y levantarán los brazos creando una ola pero con las luces de los celulares al ritmo de la melodía.
Minutos antes de terminar llegó la tradición de W&W en todos sus conciertos, poner a brincar a todo el público de un lado a otro gritando “Left, right”, mientras todo el público se movía.
La euforia creció entre brincos, empujones, y objetos que se caían de todos los que iban de derecha a izquierda brincando a la orden del dueto, y un techno de bajo potente con melodía de Harry Potter despidió a los holandeses.
