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Mayela Laguna, expareja de Luis Enrique Guzmán, enfrenta una batalla legal en contra del hijo de Silvia Pinal, que busca la nulidad de paternidad de su hijo Apolo, pues asegura que no es su padre biológico, pero antes de verse en esta situación familiar, atravesó un programa legal, cuando fue acusada por fraude diverso, en 2014, luego de que se hiciera una acreedora de una deuda de más de 300 mil de pesos, situación por la que fue encarcelada por un año.
En una entrevista que Mayela concedió al canal de YouTube "Espectáculos CDMX", en junio de este año, contó que en 2014 se vio inmiscuida en una deuda de miles de pesos, debido a que fue extorsionada por un prestamista, que le fue presentado por un amigo en común, pues en ese momento quería abrir una pizzería y necesitaba dinero para emprender el negocio, cuyo nombró como "Chulas pizzas".
Recurrió a un prestamista, debido a que no contaba con un crédito para acudir al banco, sin embargo, esta fue la decisión que la llevó a tomar muchas malas decisiones.
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"Hice cosas que no debí de haber hecho jamás, eso me llevó a la cárcel", reveló.
En esa época, Laguna también trabajaba en una casa productora, pues es fotógrafa de profesión, que realizaba el documental "La vida después de la muerte"; ella se encargaba de monitorear la renta de las cámaras.
Mientras trabajaba en la producción, el prestamista presionaba a Mayela para que le pagase los 60 mil pesos que le había prestado, sin embargo, ella asegura que ya había saldado su cuenta desde hacía tiempo y, hasta le pagó de más, pero sus dotes de manipulación lograron que ella siguiera entregándole dinero.
"Todo iba bien, yo le pagaba a tiempo, hasta que se empezó a obsesionar conmigo, sí me manipuló la mente muy cabr*n, ya le había pagado hasta de más, iba a la escuela de mi hija, iba al parque y ahí estaba el wey en el columpio, en verdad, era un wey loco, ya uno le debía dinero pero yo le creía ,le tenía miedo, ese día me dijo: ´-Si me das 30 mil pesos no te vuelvo a ching*r´, me lo aseguró", relató.
Fue así que le pareció sencillo empeñar las cámaras de las que estaba encargada, pues acabaron la filmación del documental una semana antes de lo esperado, por lo que tuvo siete días de tolerancia para entregar el equipo.
Mayela destacó que en esa misma semana recibiría una buena cantidad de dinero que Liverpool le debía, pues su hija mayor fue rostro de la marca por un año, por lo que podría sacar el equipo de la casa de empeño con el dinero que la tienda departamental le depositaría, pero ese deposito no sucedió en el tiempo en que ella esperaba y todo se salió de control.
Fue así que se cumplió la semana y la casa productora le exigió la devolución de sus cámaras, pues ese mismo iban a ocuparlas en un llamado, pero ella ya no las tenía en su poder.
Laguna explicó que pudo sacar las cámaras, pero para lograrlo, el recepcionista de la casa de empeño le pidió que llevara otras cámaras, las que pedía a amistades y conocidos, quienes les prestaban su equipo de buena intención, pero eso generó que la deuda se convirtiera en interminable.
"Así fue un mes y medio que no comía, en que no pensaba en más que conseguir más, me vi muy mal y me dije que no podía más, que (lo que estaba haciendo) era un delito", destacó.
A la par que Mayela buscaba solucionar la situación, las personas que le habían prestado sus equipos se reunieron para visitarla en su domicilio y la obligaron a grabar un video donde reconocía que les debía grandes cantidades de dinero, que en total eran 340 mil pesos, el que se hizo viral.
"Traicioné a mucha gente sin quererlo, sin intención, pero traicioné amigos de confianza, gente que creía en mí, porque no sólo eran ellos, sino amigos que ellos que me recomendaban", ahondó.
Eso produjo una profunda depresión en Laguna, quien no pudo conseguir el dinero cuando le confesó a su familia lo que estaba pasando, por lo que trató de quitarse la vida luego de ingerir más de 200 pastillas, según contó en la entrevista.
Mayela estuvo encarcelada por un año, a pesar de que su padre pagó toda la deuda que debía; también fue internada en una clínica psiquiátrica antes de pisar la prisión, para evitar enfrentarse a la justicia.
melc