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Para el director y actor de la puesta en escena Pez Globo, Daniel Ortiz, los niños siguen cargando con el prejuicio de que no deben llorar, por lo que desde pequeños empiezan a ocultar lo que sienten a pesar de que estamos en una época en la que, se supone, todo es más abierto.
“Soy maestro de secundaria y sí, todavía está muy implementado eso de que los niños tienen que no tienen que mostrar sus emociones y muchas generaciones crecimos con frases como ‘los niños no lloran’ o ‘ah, qué llorón eres’. Llorar frente a los demás es un problema, causa incomodidad”, dijo el también actor.
Por eso, consideró que era importante que llegara a la cartelera teatral una puesta en escena como Pez globo, escrita por la dramaturga Daniela Arroio, que se estrena el 5 de junio en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, para después ofrecer funciones el 7 de junio en la Faro Cosmos y el viernes 21 de junio en el Museo Yancuic.
En esta puesta en escena se cuenta la historia de León, un niño con una sensibilidad extraordinaria que debe aprender a dejar de llorar para evitar las burlas en la escuela. Mientras que Jacinta, su pez, se traga sus emociones y se infla como globo.
“Es un texto bellísimo y necesario, creo que las palabras que Daniela pone ahí son esenciales: es un derecho conocer nuestras emociones y expresarlas; es importante poder comunicarles esto a los más pequeños y también a los más grandes”, dijo Daniel.
El también actor señaló que a pesar de que esta historia va dirigida a los jóvenes, es bueno que la vean los adultos, porque es importante que validen lo que las infancias tienen que decir, dejando a un lado críticas y prejuicios.
También se habla del bullying, porque León sufre el acoso de Manu, un compañero que lo critica y lo juzga todo el tiempo, pero aquí no se cataloga al bulleador como un villano, sino como un niño que tal vez vive algo difícil.
“Hay una escena donde León habla con su papá y éste le dice que quizá Manu viva lo mismo en casa y por eso cree que es normal; entonces hace una reflexión de que tal vez este niño se sienta solo, inseguro y triste, y lo que hace es lo mismo que León, tragarse las emociones”.