GUADALAJARA. Alexis Arroyo, mejor conocido como “Ojitos de huevo”, un standupero sin el sentido de vista, pidió a productores de cine y tv que cuando agreguen personajes con alguna discapacidad en sus historias, sean porque realmente quieren hacerlo y no para cumplir una cuota, así como darle oportunidad a gente real de la comunidad y no actores que los interpreten.
Arroyo mismo irrumpió en el mundo de las series el año pasado al estrenarse precisamente “Ojitos de huevo”, comedia en compañía de su colega Kike Vázquez, un joven que tiene parálisis cerebral.
Ambos no sólo protagonizan la historia, de dos jóvenes saliendo de su ciudad natal para buscar crecer en la Ciudad de México, sino que colaboraron en los guiones, además de haber acabado recientemente la segunda temporada, ahora en posproducción.
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“Sé que genera mucho escozor, pero veamos más allá de lo de siempre, qué chido está eso y lo que ya funciona, pero también es chido tener cosas distintas. Diría que nos abramos a una inclusión real, no a una inclusión de cuota, no porque haya que hacerlo, sino por voluntad”, apuntó.
“Es pensar que a lo mejor se debe ser más paciente y enseñarle al actor y la actriz 800 veces porque así tiene que ser, pero puede salir algo chido. Que haya nuevas historias, oportunidades, ya nadie se cree la historia del pepenador que se cog… a la viejita millonaria y vivieron felices para siempre”, agregó.
Ayer por la noche, Alexis participó en el panel “Un Cine que Vivamos Todes” en el marco del Festival Internacional de Cine que se desarrolla en esta ciudad.
Durante la misma detalló que el proceso de rodaje de la serie no fue distinta a lo que tradicionalmente se hace.
Incluso, apuntó, llegar a sus marcas (distancia en escena) se resolvió sin problema alguno, como buscar con los pies un abultamiento de cinta colocada en el suelo.
“El actor lo que requiere es la imaginación, cuando vas al teatro a veces sólo tiene una banca y lo que importa es lo que sucede, entonces, no nos hemos puesto a pesar que sería un buen método de actuación cerrar los ojos porque así se pierde toda distracción, la vista es un distractor muy grande”, indicó.
“Un actor ciego va a tener otra corporalidad, eso lo debemos de entender. Para mi algo complejo fue que, como soy ciego de nacimiento, no entiendo los gestos que para ustedes son obvios, para ustedes es obvio fruncir el ceño para enojo, se aprende por imitación, pero para un ciego es nada, así que yo tuve que aprender en base a sensaciones, a identificar los gestos”, recordó.
En México, de acuerdo con datos del INEGI, hay más de 7 millones de personas con alguna discapacidad y/o algún problema o condición mental.
Se considera discapacidad no sólo quienes presentan cosas visibles (sillas de ruedas, deficiencia visual o síndrome de Down), sino también las que no (sordera, ansiedad, bipolaridad y depresión), pues modifican no sólo la vida de quienes lo padecen, sino de gente alrededor.
Pero esta comunidad, aunque numerosa, no ha sido bien representada en el medio audiovisual nacional. De acuerdo con cifras extraídas del Anuario Estadístico del Cine Mexicano, en los últimos seis años sólo se han producido 34 películas con temática de discapacidad, entre ellas el documental Hasta gritar sol; la animación "Un disfraz para Nicolás" y la ficción "Coraje".
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La cifra representa apenas el 2.8% de las producciones hechas entre 2017 y 2022, cuando se contabilizaron más de mil 200 rodajes.
"Con la serie pusimos la conversación en la mesa, algo que no se tenía y no es que vayamos a cambiar al mundo, pero si subir el tema a la plática. Ahora no es que todas las historias deban tener eso, pero sí saber que puede tener aunque no traten de eso", subrayó.
Esta tarde, como parte de la inclusión, el certamen proyectará “El silencio de mis manos”, documental nacional en lengua de señas mexicanas.
melc