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La destrucción de Macondo, el pueblo escenario de la novela Cien años de soledad, a manos del capitalismo, y la aparición de personajes nuevos como el de Mauricio Babilonia, quien siempre trae volando mariposas sobre su cabeza, formará parte de la segunda temporada de la serie basada en la historia escrita por Gabriel García Márquez.
También se verá el ascenso de Remedios la Bella, mujer misteriosa que provoca a los hombres, a una posición predominante, y el arribo de la United Fruit Company, donde se da una matanza de obreros.
“En esta segunda parte habrá momentos icónicos que la gente recuerda con afecto, será apasionante. Habrá mucha acción, la llegada del capitalismo siempre trae mucho caos y muchas cosas”, dice Laura Mora, codirectora del proyecto.
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En entrevista, la cineasta colombiana comenta que el rodaje terminaría a mediados de este año, conformando ocho episodios.
La primera parte de Cien años de soledad se estrenó en diciembre pasado en la plataforma streaming de Netflix, Mora fue responsable de la dirección de tres de los capítulos.
La novela se publicó en 1967, ubicándola en el pueblo imaginario de Macondo, donde siete generaciones de la familia Buendía se enfrentan a una maldición y al olvido. En la trama se toca el tema del patriarcado y la presencia de mujeres fuertes, quienes realmente sostienen al lugar, puntos que siguen vigentes.
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“Lo que plantea la novela es cómo nos vamos repitiendo consciente e inconscientemente, y la potencia radica en que García Márquez fue un gran lector del mundo y se convirtió en una suerte de profeta . Esta nueva temporada está anclada al siglo XX”, apunta Mora.
Netflix reveló ayer que la nueva entrega también contará en la dirección con el colombiano Carlos Moreno. En el elenco figurarán Marleyda Soto y Claudio Cataño, quienes regresan como Úrsula Iguarán y como el coronel Aureliano Buendía.
“La obra se ha presentado como una suerte de oráculo a la que respetamos; para la primera temporada estudié muchas cosas de finales del siglo XIX, que era lo que abarcaba, para entender cómo García Márquez nos cuenta la historia (del país sudamericano y el continente), sin contarla, sin poner nombres”, recuerda Mora.