En Cannes, un nahual mexicano que nació en el mundo del cortometraje y que fue convertido en película, andará suelto este jueves para hacer justicia.

“Es difícil que películas como la mía lleguen a este tipo de festivales y se logró”, dice Carlos Matienzo sobre su ópera prima.

Tekenchu, el guardián del bosque se presentará en el Marché du Film 2025 por parte de Blood Window, uno de las más importantes plataformas del cine de género, que hace alusión a producciones de terror, ciencia ficción y fantasía.

La historia del filme gira en torno a un nahual, un humano que se transforma en animal, y defiendea los habitantes de un pueblo.

Carlos Matienzo llevó primero su trabajo como corto para el certamen de género Feratum 2020.. Foto: Tekenchu
Carlos Matienzo llevó primero su trabajo como corto para el certamen de género Feratum 2020.. Foto: Tekenchu

“En México tenemos relatos de muchos años de cómo una comunidad se puede juntar para proveer justicia. Aquí hay un asesino serial de niños que anda en la huasteca potosina y al que le quitan los dientes, entonces envían a un policía federal a investigar el caso”.

La investigación entonces coincide con un hombre que aparece malherido, que ha sobrevivido a un fuerte ataque de un ser desconocido y es rescatado por unas curanderas, habitantes de un pueblo en medio del bosque.

“Los nahuales siempre han estado en la cultura mexicana, es algo que está cerca de nosotros, era una buena manera de tomarlos aquí”.

Del corto al largo

Tekenchu, el guardián del bosque surgió como corto para el certamen de género Feratum 2020. Se rodó en apenas 60 horas y luego de haber participado en más de 80 festivales y superado la docena de premios internacionales como en Inglaterra y República Checa, se decidió hacer la versión larga.

“Siempre dije que esto podía ser una película y ahora ya tenemos un caso de éxito, una historia probada por el público. Un minuto del corto será lo primero que se vea en la película, después es contar lo que siguió”, cuenta Matienzo.

El largometraje suma su nombre al de algunas producciones internacionales que han seguido ese camino como Whiplash, Sin city, Sector 9 y Mamá, las cuales por diversas razones, entre ellas falta de presupuesto, optaron por primero por un formato breve para demostrar que se podía realizar.

En México ya se tiene el ejemplo de El violín, de Francisco Vargas, pero tal parece que hay coincidencia en estos momentos, porque además de Tekenchu, se trabajan el largo documental Oasis, basado en un corto ganador de Nesspreso en 2020, que tiene como eje el nacimiento de bebés, así como Niño carbón, largo animado en stop motion basado en el corto Tío, sobre una leyenda minera y participante en más de 100 festivales como Annecy y ganador de 30 premios.

Tekenchu, el guardián del bosque se rodó en Valle de los Fantamas, pueblo ubicado en la Sierra Álvarez de San Luis Potosí, a casi una hora de la capital del estado.

Cuenta en su elenco con Gerardo Trejoluna (El norte sobre el vacío y Sierra madre), Alejandra Herrera (La lotería del crimen y La diosa del asfalto) y Gerardo Oñate (El Poderoso Victoria).

“Filmamos en una capilla en medio de formaciones rocosas que hacen figuras de animales. No estamos jugando ni con la religión o con el tema de la magia, los pobladores nos platicaron muchas historias que logramos integrar al guion”, detalla el realizador.

La cinta, de corte independiente, que fue filmada el año pasado, comenzaría su recorrido por los festivales en breve.

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