“Si me hubiera quedado esperando al príncipe azul, jamás hubiera sido mamá. Recurrir a la ciencia fue una de las mejores decisiones de mi vida, yo creo que la mejor”.
Esto dice, con una gran sonrisa, la actriz y empresaria Claudia Cervantes, quien se convirtió en madre del pequeño Santiago el 26 de marzo de 2020, a la edad de 40 años y a través de un proceso conocido como inseminación in vitro.
Ella es un ejemplo de la realidad de las mujeres que cambia vertiginosamente de una generación a otra; cosas que parecían impensables hace un par de décadas, hoy son posibles, como llegar a ser madre con o sin pareja, ya no tan jóvenes, después del desarrollo profesional o metas personales; la ciencia hoy le brinda esta opción.
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“Cualquier mujer puede ser candidata para la reproducción asistida, aunque estos tratamientos generalmente van dirigidos a los pacientes que tienen infertilidad, que como mínimo hayan pasado 12 meses sin poder embarazarse”, explica Gustavo Pagaza, ginecólogo y biólogo en reproducción.
“La mayoría de mujeres que recurre a esta opción es porque lo retrasaron, es decir, por edad, y tal vez en México no sea el porcentaje más alto, pero he visto que algunas resuelven ser madres solteras con alguno de estos tratamientos”, añade el especialista por la Universidad La Salle y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Explica que el método que eligió Cervantes entra en la categoría de los tratamientos de alta complejidad, ya que el proceso implica estimulación hormonal, extracción de óvulos (en quirófano), fecundación del óvulo en un laboratorio y posteriormente se implanta en el útero, algo recomendable en mujeres a partir de los 40 años.
“Yo creo que cada vez la gente se abre más a estos temas”, considera la conductora del programa Hoy y creadora del podcast Vida fértil.
“A mí me encanta compartir mi historia, porque inspiras a otras mujeres, o por lo menos invitas a la reflexión, porque la decisión de ser mamá, con o sin pareja, in vitro o natural, debe ser en conciencia para que haya menos niños que llegan al mundo por accidente”.
La medicina, su aliada
También la actriz Sherlyn recurrió a la reproducción asistida a los 34 años, y sin pareja en ese momento. Explicó que se sintió lista para dar ese paso simplemente porque su deseo estaba ahí; así que optó por la inseminación artificial.
Este procedimiento, detalla el doctor Pagaza, es de baja complejidad, al ser más sencillo y entre los más baratos (a partir de 20 mil pesos). Una decisión que también la actriz ha agradecido.
“Tomé la decisión sola, sin avisarle a mi mamá, a mi hermana, a nadie. Yo lo que le quiero explicar cuando esté en edad es: ‘mi amor, te deseaba tanto que no llegaste a mi vida por una casualidad o un regalo de Dios’”, comenta Sherlyn.
Hace nueve años, la cantante Cynthia Rodríguez decidió congelar sus óvulos de manera preventiva, y los utilizó después de su boda con Carlos Rivera, el año pasado: “Nosotros no tenemos problemas de infertilidad pero decidimos utilizar esos óvulos”, dice Cynthia.
Claudia dice que hubo otra recompensa: romper con los estigmas sociales. “Mi papá me dijo: ‘has roto todos los cánones’”.