
San Miguel de Allende.— Una familia se reúne para celebrar la Nochebuena de 1997 en la Ciudad de México: una cena aparentemente llena de alegría, risas y amor.
Una videocámara casera registra cada instante: regalos, miradas y conversaciones. Pero bajo la superficie se despliega un drama y tensión invisible.
Esta es la historia que cuenta MACDO, la ópera prima de la directora mexicana Racornelia, que con una puesta en escena única abre la puerta a un tema que muchas familias mexicanas viven en silencio.
Lee también: Tim Burton, como Merlina, se sintió incomprendido
“Cuando empecé la película, tenía 25 años y estaba decepcionada con la vida, preguntándome por qué las cosas bellas podían doler tanto”, comparte Racornelia.
Su experiencia se traduce en una historia que expone cómo, desde la infancia, el amor a menudo se asocia con el dolor, y cómo esa contradicción persiste bajo el pretexto de la tradición y el afecto en muchas casas mexicanas.
La película adopta la forma de un video doméstico grabado en dos días, con cámaras caseras que aportan una estética auténtica y nostálgica. Pero no es sólo un experimento: es un acto político.
Lee también: “Los Cuatro Fantásticos” estira cifras en taquilla
A través de planos secuencia y la presencia constante de las mucamas como camarógrafas, el hogar se convierte en un espacio donde la violencia se oculta detrás de sonrisas forzadas y silencios cómplices.
“Quería mostrar cómo la violencia normalizada, disfrazada de amor, se hereda de generación en generación. Por ejemplo, hasta 1958 no se consideraba delito que un esposo violara a su esposa. Muchas mujeres no pudieron contar lo que vivieron porque era ‘normal’”, explica Racornelia, reflexionando sobre la historia silenciada de muchas mexicanas y mexicanos.
La cineasta trabajó estrechamente con Noemí González, diseñadora de producción de Luz silenciosa.
Lee también: Liam Neeson criticó su muerte en “Star Wars”; el actor dice que fue “cursi”
En cuanto a la normalización de la violencia en el seno familiar, frecuentemente amparada en tradiciones o supuestas demostraciones de amor, Racornelia ofrece una reflexión profunda y urgente:
“MACDO rompe la cuarta pared. Quería mostrar que esas dinámicas que creemos propias del pasado siguen presentes, aunque con un lenguaje más sofisticado”.
La película tuvo su estreno mundial en el Festival de Sitges, reconocido por su selección cuidadosa y su atención a propuestas vanguardistas. También tuvo un emotivo estreno nacional en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato.