, vocalista y acordeonista de , recuerda que, así como ahora ocurre con intérpretes de narcocorridos, hubo una ocasión, hace más de una década, que también los censuraron a ellos, por lo que cree que, la solución, será dejar de decir que cantan y y anunciar que lo que hacen es cantar historias.

En una entrevista que el músico sinaloense concedió a "El País" rememoró que en mayo del 2014, durante un palenque en Chihuahua, un hombre, identificado como una autoridad, se acercó -tras vestidores- para solicitarles que no cantaran temas, esos que, a través de sus letras, podían alentar a la violencia que, por esa época, afloraba en el estado.

Accesibles, Hernández y sus compañeros de agrupación, preguntaron cuál de sus canciones no querían que interpretaran esa noche; fue así que "Jefe de jefes" y "La granja" quedaron fuera del repertorio, pese a que, en principio, sí estaban contempladas.

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Al salir al escenario, conversaron con su público que, a diferencia de la audiencia de Luis R. Conriquez en la Feria de Texcoco, comprendieron la situación y ovacionaron a la agrupación que, gracias a su repertorio, nutrido a lo largo de más de cinco décadas, deleitaron a su público con muchos otros éxitos que, en la actualidad, los mantienen como una de los grupos de regional mexicano más representativas.

"Nosotros tenemos canciones que, si pidieran que no cantáramos corridos, podemos salir con todo sin cantarlos", dijo.

Sin embargo, el acordeonista no pierde de vista que, aún así, la censura que ahora atraviesan los "narcocorridos" puede llegar a alcanzarlos, lo cual lamenta, pues afirma que, así como el periodista cuenta la realidad mediante un reportaje, ellos narran la vida de miles con su música.

"Como un periodista, que narra, escribe y pone las cosas que sucedieron en palabras que la gente puede entender, (...) es el público quien decide si te escucha, las historias que cantamos tocan esa vena importante de nuestro cuerpo, (esa) que te hace reaccionar, somos narradores de la vida de las personas".

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Como narrador que es, el músico de 71 años considera que no sólo el subgénero de los narcocorridos, sino los corridos en general, se encuentran ante una crisis, pues a pesar de que el Poder Ejecutivo afirma que no se está obligando a los artistas a no cantar sus canciones, en los gobiernos de los estados, la realidad parece ser otra.

"Supuestamente, nuestra presidenta dice que no está prohibido, pero los presidentes municipales de cada área prohíben o te piden que no cantes ese tipo de canciones", ahondó.

En ese sentido, el cantante se cuestiona si las sugerencias de no retratar más lo que ocurre en los contextos de violencia, como ya se les ha pedido a otros colegas músicos, también se les hará llegar a directores de cine, pues considera que, a través del séptimo arte, la forma de mostrar lo que ocurre en nuestro país es todavía más explícita.

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"A veces los análisis de las películas, el cine, que es visual, son más reales. ¿Cómo una canción puede ser más fuerte que una película? Me pregunto si para ellos hay prohibición o nada más para las canciones", opinó.

Fue entonces que indicó que, quizá, lo que se necesitaría es renombrar a los corridos, con otra palabra que los represente, tal como la palabra historia, pues lo único que buscan es retratar la vida diaria de quienes los escuchan y se sienten cercanos a su forma de hacer música.

"Creo que le vamos a tener que cambiar la palabra corrido. Vamos a tener que decir historias, para no meternos en problemas".

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melc

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