Angelique Boyer: "La maternidad es una elección"; lamenta que se presione a las mujeres a cumplir expectativas

Cada tanto, a Angelique Boyer le preguntan —en entrevistas, alfombras rojas o en posteos en redes sociales— por qué no ha sido madre. A sus 36 años, la actriz ha aprendido a esquivar la presión, pues tiene muy claro:

“La maternidad debe ser por elección y no se nos debe someter a una presión”, dice Angelique, conocida por su interpretación en "Teresa".

Boyer, quien siempre ha sido clara sobre su decisión de no tener hijos para complacer a los demás, encontró en Pilar, su personaje en la tercera temporada de la serie "Mujeres asesinas", un espejo torcido, una mujer que desea convertirse en madre, no por convicción, sino por la presión de su pareja y el entorno. Y por complacer, se traiciona.

“Todavía vivimos en una época y en una sociedad que presiona y seguimos presionando mucho a la mujer en ese sentido. Son temas muy fuertes, pues hasta se rentan vientres”, comenta Boyer, quien cumple una década de noviazgo con Sebastián Rulli.

"Mujeres asesinas", la serie basada en casos reales de mujeres, está de regreso con su tercera temporada en la plataforma VIX.

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Durante la grabación de su participación en dicha serie la actriz habla de lo que muchas mujeres se han preguntado alguna vez: ¿Quieres ser madre o sólo te han dicho que deberías serlo?

En el episodio que protagoniza, la actriz francomexicana, interpreta a una mujer que busca convertirse en madre no por deseo propio, sino para complacer a su esposo. Se trata de una historia que se origina en una pregunta: ¿Qué pasa cuando la maternidad no nace del deseo?

“Seguimos presionando mucho a la mujer en ese sentido… y también cómo hemos utilizado a los niños como negocio, porque al final hay un trueque en esta historia y es por dinero”, reflexiona la actriz.

Pilar, personaje de la actriz francomexicana, vive rodeada de presión social y violencia por parte de sus familiares.

Angelique afirma que gracias a la interpretación de vidas ajenas aprendió su más valiosa lección: “Entre menos juzgas, más aprendes”, considera.

A lo largo de su carrera, se ha metido en la piel de mujeres reales, rotas, violentas, resilientes, incómodas y apasionadas.

Pero también, admite, la han hecho cuestionar sus propias decisiones y entender que a veces las historias que se cuentan en la ficción no están tan lejos de lo que ocurre fuera de los foros de tv.

“Como actores no podemos juzgar a nuestros personajes, tenemos que entenderlos y justificarlos. Por más oscuros que sean, siguen siendo humanos. Estas historias te muestran los caminos que puedes elegir en la vida”.

Historias de culpa y rechazo

Esta es la segunda participación de Boyer en la serie argentina; la primera fue en la versión que hizo Televisa en 2008 y ahora en la que la misma televisora realizó para Vix.

Para la protagonista de melodramas como "Abismo de pasión" y "Lo que la vida me robó" la serie ha narrado desde el principio casos reales de mujeres que cometieron crímenes extremos, funciona como una lupa sobre una sociedad que normalizó la violencia, especialmente hacia el sexo femenino.

“Es importante tocar estos temas con respeto, que siempre sean para que como sociedad aprendamos a ser mejores”, dice Angelique, consciente del impacto que pueden tener estas historias cuando se hacen con rigor y empatía.

En este episodio cuatro de titulado "Pilar, intercambio de vientre", está protagonizado por Pilar, una mujer que vive marcada por la culpa y el miedo al rechazo de sus seres queridos.

Pilar, personaje de la actriz francomexicana, vive rodeada de presión social y violencia por parte de sus familiares.

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Tras sufrir un aborto espontáneo, Pilar decide ocultárselo a su esposo —un hombre controlador y obsesionado con la paternidad— y recurre a la renta de un vientre para simular un embarazo. Lo que comienza como una decisión desesperada para mantener a flote su matrimonio, pronto se convierte en una red de mentiras, chantajes y violencia.

A través de esta historia, la serie muestra cómo la presión por cumplir con mandatos de género puede llevar a una mujer a traicionar su propio cuerpo y su dignidad.

“Mostré a una mujer que desde que fue criada y sometida a un machismo por parte de su familia. Es manipulable, pero también profundamente humana: se acerca a su empleada embarazada y le ofrece apoyo. Lamentablemente, una mala decisión lo cambia todo. Aún así, hasta la última mirada entre ellas hay sororidad”, señala Angelique.

“Hay que preocuparnos más por lo que nosotras sentimos y queremos, cuidarnos más desde nuestras trincheras y buscar satisfacernos a nosotras mismas”.