Un bosque solitario a las afueras de la Toscana, las estrellas de testigo y la compañía de tu pareja podría ser el escenario perfecto para una cita romántica... o un brutal asesinato.

Así comienza la pesadilla que da origen a "El monstruo de Florencia", la nueva serie de inspirada en uno de los capítulos más perturbadores de la historia criminal real de Italia.

Cabe destacar que la producción no es documental, sino una ficción que reconstruye (con licencias narrativas) la investigación que durante años atormentó a la policía, a los periodistas y a toda una región.

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Entre 1968 y 1985, ocho parejas fueron brutalmente asesinadas en los alrededores de Florencia. El modus operandi siempre era el mismo: les disparaba en lugares aislados, durante o justo después de haber mantenido un encuentro sexual, y después los apuñalaba. Posteriormente, mutilaba las partes íntimas de las mujeres para llevárselas como trofeo.

"El Monstruo" nunca atacó dos veces en el mismo lugar y siempre utilizaba la misma arma: una Beretta calibre 22.

Se cree que el primer asesinato ocurrió en agosto de 1968, las vícitmas fueron Barbara Locci, de 32 años, y su amante Antonio Lo Bianco, de 29. Este también fue el único caso en el que hubo un sobreviviente, el pequeño hijo de Locci, quien dormía en el asiento trasero del coche.

Por este crimen fue condenado Stefano Mele, esposo de Locci, pero fue liberado varios años después cuando las pruebas de su caso coincidieron con las de otros similares.

Durante años de investigación, las autoridades italianas interrogaron a más de 100 mil sospechosos, algunos de ellos, incluso, llegaron a pisar la prisión, pero las condenas fueron seguidas de apelaciones, absoluciones y nuevas pistas que dejaban a los policías sin resultados concluyentes.

Entre los involucrados se encontraron los hermanos Vinci, inmigrantes relacionados con la delincuencia; y para la década de los 90 se condenó a Pietro Pacciani, un agricultor con antecedentes violentos. Mario Vanni y Giancarlo Lotti también fue señalado como culpable, aunque jamás se le pudo comprobar nada.

El último asesinato de "El monstruo de Florencia" ocurrió en 1985, después el sujero simplemente desapareció. La pistola jamás fue localizada y, hasta hoy, el expediente permanece abierto.

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