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También España le era de gratos recuerdos a Silvia Pinal, la actriz logró trabajar con la leyenda Luis Buñuel, realizador de “Los olvidados”, en los largometrajes “Viridiana” (1961), “El ángel exterminador” (1962) y “Simón del desierto” (1965).
“Es una vanidad muy grande la que voy a decir”, expresó cuando se le reconoció durante 2008 en la Primera Muestra de Cine Español en México.
“Yo escogí a Buñuel, no él a mí. Cuando conocí su obra me encantó, me enamoré de su cine, de su humor negro, de su manera de ser y supe que no descansaría hasta ser dirigida por él y lo logré. Don Luis era un hombre estricto, exacto, maravilloso. Trabajar con él fue una experiencia que jamás volví vivir, jamás me sentí tan gran actriz como él me hizo sentir”, indicó.
¿Cuál fue el mayor consejo que recibió de él en set?
“¡Ninguno!. Él no daba consejos, ni siquiera ordenaba, era un hombre muy inteligente. Hablaba, charlaba con uno y entre los dos se llegaba a una conclusión, siendo lo mejor.
“Si él te pedía enseñar los senos era porque así lo requería la escena. Yo nunca lo vi como algo pesado ni obsceno, era una cosa que estaba dentro de una película y a mí me encantaba trabajar con él.
¿Qué le gritaban los hombres en España al verla?
Muchas cosas simpáticas, también era un tiempo en el que estaba muy delgada y decía muchas cosas (risas).
Hay una película y obra de teatro llamada "Nadando con tiburones", donde se dice que para hacer película siempre hay gente aprovechada ¿su caso fue el mismo?
“(Risas) No me ha tocado la mala suerte de una cosa así, siempre me he sentido a gusto, apapachada, aunque igual hay gente que le ha pasado algo diferente en esto”.
Dicen que para estar en “Tercera llamada” (su última película) usted no fue la primera invitada
“(Risas) Ni siquiera sabía que iba yo a trabajar; el director (Francisco Franco) empezó por convencer a mi perrita, me dijo: préstamela para que salga en algunas escenas y yo llegué a prestársela y en una de escenas empezó a llover con truenos y relámpagos y la perrita estaba muy asustada yo la abracé y me dijo (Franco): no pues vamos a hacer la escena contigo… Y así fue cómo entré a la película”.
¿Dirigir la Asociación Nacional de Actores fue difícil?
“Difícil, pero pienso que todos los sindicatos tienen sus procesos, (la ANDA, por sus siglas) es el único de actores en el mundo que existe, creo; y en un tiempo fue glorioso, muy envidiado, pero los tiempos han cambiado y pienso que ya no tenemos el glamour. El cine mexicano tuvo una época hermosa, fascinante, el único que tenía premios (con respecto a Iberoamérica).”
¿Qué le pareció tener un Ariel de Oro, entregado a las grandes trayectorias en el cine mexicano?
“Soy cautelosa ante la felicidad, porque este Ariel me hace feliz; es un reconocimiento a mi trabajo. El cine, estar en él, es la joya de la corona”.
¿Ha pensado en el retiro?
Ay no, qué aburrición, no me voy a quedar sin hacer nada, yo amo mi trabajo y estaré siempre haciendo algo, lo se que sea.