Morelia.— Juliette Binoche, protagonista de las cintas Tres colores: azul (1993) y El paciente inglés (1996), afirma que no le interesa saber si es considerada una de las actrices más reconocidas de hoy.

“Cuando estás frente a la cámara, eso no te va a salvar el trasero”, dice la ganadora del Oscar a Actriz de reparto en 1997.

“Te tienes que reinventar todo el tiempo, quizá haya ayudado o dado algo a alguien a sus vidas y para eso es que hago esto, pero mas allá de eso, siento que estoy al servicio de una historia, soy una herramienta para humanizar en lo posible (las tramas), sí me siento privilegiada, pero las grandes actuaciones surgen de la humildad y no quiero saber nada de los resultados”, agrega en un encuentro con la prensa.

Dice que su muerte llegará en 25 o 30 años y, ante ello, lo más importante es ser libre hasta el final de sus días, sin ataduras de sentirse importante. ¿Cómo lograr eso? Juliette dice que reza todos los días.

“Siento que me elevo y vuelo, sino, me siento como hormiga en el suelo. Eso me ayuda en mi relación con los demás, encontrar cierta tolerancia”, apunta la francesa.

Creo que la libertad está en escoger, en cómo queremos pensar, cómo sentirnos y qué utilizamos. No soy perfecta, ni mucho menos, pero siento que escoger qué damos al mundo y cómo pertenecemos a él es lo importante”, añade la actriz.

Juliette, de 61 años, está en el Festival Internacional de Cine de Morelia para presentar In-I a motion, documental que dirige sobre una obra que protagonizó con el bailarín Akram Khan en 2007.

En el filme, que se espera llegue a México, la actriz de 61 años reflexiona sobre el proceso creativo y su transformación.

“El espectáculo lo creamos en seis meses, estábamos en Nueva York cuando Robert Redford llegó con nosotros, me estaba esperando fuera del camerino, me jaló adentro, cerró la puerta y me dijo que tenía que hacer una película con esa pieza. Yo no sabía cómo lidiar con eso y le pedí a mi hermana que filmara las últimas siete presentaciones y guardé esas cintas unos 15-16 años”, recuerda Binoche.

Fueron 170 horas de material, que durante el proceso de edición fue redescubriendo, bajo la producción de su hermano.

“Mi hermana lo filmó, mi hermano produjo, así que es un negocio familiar, somos una mafia a lo Binohe”, bromea.

Cuestionada sobre las recientes muertes de Redford y Diane Keaton, Binoche no emite comentario alguno sobre el primero.

“(A Diane) nunca la conocí, pero la admiro”, dice escuetamente.

Durante la jornada Juliette develó una placa por su trayectoria y una butaca con su nombre, la cual será colocada en el complejo exhibidor sede principal del certamen.

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