Venecia.— Jude Law acaparó las miradas ayer en el con un thriller que profundiza más allá del entretenimiento: explora cómo las comunidades pueden impulsar a las personas hacia caminos extremos.

Esta vez, Law no sólo actúa, sino que también produce el filme The Order, dirigido por Justin Kurzel y en competencia por el León de Oro. En la película, interpreta a Terry Husk, un policía especializado en desmantelar mafias y grupos radicales en Nueva York durante los 80.

En la historia, su personaje se retira a las montañas de Idaho y Washington en busca de tranquilidad, pero lejos de eso, descubre los orígenes de The Order, un grupo supremacista blanco en proceso de convertirse en un movimiento altamente organizado y financieramente capaz de levantar un ejército de enajenados.

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Basada en hechos reales, la trama cobra relevancia al establecer un vínculo con movimientos supremacistas contemporáneos como QAnon, un grupo de teorías conspirativas de extrema derecha que influyó notablemente en la política estadounidense, especialmente por el asalto al Capitolio en 2021, por no estar de acuerdo con la victoria de Joe Biden.

En la rueda de prensa posterior, Jude detalló que para él, lo mejor del libro y su adaptación fílmica es la manera en que la comunidad y esa sensación de hermandad afectan a las personas a tal punto de desviar su camino.

“Eso es muy peligroso. También es muy interesante ver cómo lo que ocurre en el pasado tiene relevancia con la actualidad”, detalló el actor.

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Personas manipulables

Además de la relevancia política, Jude dejó claro que le importaba la parte humana de su personaje, para el cual se preparó hablando con muchos agentes, de los que descubrió rasgos en común, como que muchos parecían ocultarse detrás de un bigote.

En eso coincidió el director Justin Kurzel, para quien lo importante fue, de igual manera, ver similitudes con los desafíos de hoy: “Descubrimos el germen del pasado y cómo tiene una conversación íntima con la política actual. Eso es lo inquietante”, afirmó.

El director australiano añadió que esta no solo es una historia que habla de Estados Unidos, sino del mundo en general, pues estos problemas son globales hoy en día. Un trabajo inspirado en Todos los hombres del presidente y Mississippi en llamas, algo que cree haber logrado con el guión de Zack Baylin, del que encontró mucha inspiración.

Respecto a la división política que existe en Estados Unidos y la pérdida de valores que, se dice, afectan a muchas personas en la sociedad estadounidense, Kurzel consideró que su filme da en el punto, toda vez que muestra la manera en que una ideología puede cobrar relevancia con el paso del tiempo.

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“The Order es realmente peligrosa, vemos cómo puede crecer rápidamente y es por eso que estuvimos tan motivados para hacerla. Y este pensamiento (de supremacía blanca), tristemente es atemporal”, remarcó.

La actriz Jurnee Smollett destacó la manera en la que el arte puede ser un espejo de la sociedad, que nos permite mirar el lado oscuro de los seres humanos para no repetir nuestros errores.

“Lo genial del filme es que pudo haber sido hecho en cualquier momento, pero el que se haya producido ahora con suerte puede ayudar a arrojar luz y conciencia acerca de lo que estamos viviendo”, opinó Smollett.

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