
Más Información
Venecia.— Idris Elba debe decidir entre apretar o no el botón rojo ante una situación desesperada: una crisis nuclear en tiempo real. El actor interpreta al presidente de Estados Unidos en "A house of dynamite", filme de la directora Kathryn Bigelow.
“No queríamos un retrato imitativo ni una figura distante. Buscábamos a un presidente confiable, un ser humano ante una decisión imposible”, explica el actor, disc-jockey y productor británico.
El thriller político, dirigido por la primera mujer ganadora del Oscar, está centrado en el corazón del poder estadounidense y además busca sacudir las conciencias y reabrir una conversación global sobre la fragilidad de los sistemas de seguridad.
“Bigelow me pidió abandonar la fachada y mostrar la soledad de quien tiene el poder y sabe que ninguna elección es correcta”, comenta Elba en entrevista con EL UNIVERSAL.
Con su estilo semi documental, la cineasta decidió adentrarse en la ficción especulativa para alertar sobre un peligro propenso a ocurrir.
“La seguridad es una ilusión ahora mismo. Intentar parar una bala con otra bala, una locura”, advierte Bigelow. “No ha pasado y ojalá nunca suceda, pero la esperanza es que la película fomente el diálogo que necesitamos para evitar un desastre nuclear, porque es increíble que sea un tema del que no se habla”, añade la realizadora.
La estadounidense contó con la asesoría de expertos militares y de inteligencia para recrear con realismo la Sala de Situación de la Casa Blanca, donde un grupo de funcionarios debe decidir, en cuestión de minutos, el destino del mundo.
Rebecca Ferguson, quien encarna a la capitana Walker, responsable del flujo de información en la sala de crisis, comenta que hubo un intenso trabajo de documentación que incluyó simulacros, repeticiones y protocolos infinitos, entre otras actividades.
“Tuve contacto directo con Larry Pfeiffer, exdirector del Situation Room. Me dijo: ‘Eres la última persona en pie. Si te rompes, los demás también se rompen’. Es el tipo de control emocional que te hiela la sangre. Entrenan tanto que, si ocurre algo, actúan por reflejo. Pero nadie puede predecir cómo reaccionará un ser humano”, recalca.
La información es poder
El guionista del filme, Noah Oppenheim, quien también es periodista político, subraya el rigor de investigación manejado por Kathryn.
“Insistió en hablar con todos los que habían estado en esas salas, desde el Pentágono hasta la CIA. Queríamos entender con exactitud cómo se tomaría una decisión así. Lo más impactante es el poco tiempo que habría: entre 12 y 18 minutos. No más. Esperar que los seres humanos respondan racionalmente bajo esa presión es una locura”.
Oppenheim explica también por qué el filme evita señalar a un enemigo específico.
“La realidad es que si se lanza un misil desde un submarino tal vez nunca sepamos quién lo hizo. La amenaza no tiene rostro, y eso asusta”.
El guionista recuerda que durante la Guerra Fría había más conciencia pública sobre el riesgo nuclear, por lo que considera que el cine puede ayudar a recordarnos todo aquello que está en juego.
“Las personas que mejor conocen estas armas son, curiosamente, las más comprometidas con el desarme”, indica refiriéndose a los militares que entrevistó para el largometraje, que llega mañana viernes a la plataforma Netflix.
“Vivimos en un mundo sin certezas. La idea es que el espectador imagine qué haría”.
Ferguson, la coprotagonista, advierte:
“Cuanto más sabes, menos seguro te sientes, pero más entiendes la magnitud del peligro. Quiero hablarlo, provocarlo, porque es absurdo que sigamos viviendo con esta posibilidad sobre la mesa”.
Noticias según tus intereses
ViveUSA
[Publicidad]
Interactivos


Carpetazo, a indagatorias contra Alito y Calderón

La simulación perfecta

Investigado por lavado del narco defrauda en Oaxaca

SFP da “carpetazo” al 92% de denuncias contra superdelegados

Jueces sin castigo: Las fallas de un sistema negligente

Aún está en obra y ya hay plagas y grietas en la nueva sede del Archivo General Agrario

















