, que espera en prisión un segundo juicio por agresión sexual, presentó una denuncia contra la ciudad de Nueva York y su departamento de prisiones, por no proveerle servicios médicos adecuados en la cárcel de Rikers Island, por lo que exige una compensación de cinco millones de dólares.

Señala además la querella -paso previo a una demanda- que los servicios que recibe se prestan en condiciones antihigiénicas.

Según lo que indicó su abogado Imran H. Ansari, en una declaración que acompaña el documento legal, y citado por los varios medios, la última vez que visitó a su cliente tenía salpicaduras de sangre en su uniforme de prisión, posiblemente de sueros intravenosos, ropa que no había sido lavada durante semanas "y ni siquiera le habían proporcionado ropa interior limpia... condiciones sanitarias poco saludables para alguien con problemas médicos graves".

El abogado comparó Rikers con un "gulag" (campos de concentración del régimen soviético en Rusia). "Me pregunté si estaba en una prisión que se supone debe ser administrada de acuerdo con nuestra constitución o en un gulag donde los prisioneros son tratados como animales", indicó.

Señaló además que "la indiferencia" hacia las necesidades médicas de Weinstein "es un ejemplo de por qué Rikers Island ha estado bajo el intenso escrutinio de los funcionarios y el público, y es objeto de supervisión federal", según indican los medios.

"Pero no vivimos en un país donde un prisionero como Weinstein deba soportar un trato tan duro y draconiano y el desprecio por sus necesidades médicas sin poder recurrir a la ley", afirmó.

Los problemas médicos del fundador de la productora Miramax, de 72 años, incluyen leucemia, diabetes, enfermedad de la arteria coronaria, apnea obstructiva del sueño, obesidad y presión arterial alta, entre otros diagnósticos, según la presentación legal.

Sus dolencias le llevaron a tener que ser hospitalizado en abril y julio pasado y en septiembre fue sometido a una cirugía del corazón.

"El tratamiento, o la falta de él, que Weinstein está recibiendo en Rikers Island no sólo constituye negligencia médica, sino que supone un castigo cruel e inusual en violación de la Octava Enmienda" de la Constitución, sostuvo su defensa.

El productor de "Pulp Fiction" recibió una condena en 2020 a 23 años de prisión en Nueva York por violación y agresión sexual tras un juicio histórico para el movimiento contra los abusos sexuales #MeToo, pero este pasado abril ganó una apelación para anularlo argumentando errores procesales, tras lo cual se ordenó un nuevo juicio, que se celebrará en 2025.

rad

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses

Comentarios