
Luego de las críticas por el deterioro vocal de Axl Rose, el cantante y compañía se presentaron este sábado en el Estadio GNP en el final de su gira “Because What You Want & What You Get Are Two Completely Different Things Tour” en su fase latinoamericana, dando muestra que el rock nunca va a morir.
El recinto, al oriente de la ciudad, estaba a punto de reventar con 65 mil fanáticos de los Gunners, como le dicen de cariño a la banda y como se hacen llamar los seguidores, que se entregaron totalmente a lo largo de casi tres horas de concierto, cosa que no pareció molestarles, al contrario cada minuto que pasaba se incrementaba la energía.
Entre la gente que llegó al Estadio GNP no solo estaba el público rockero que vivió el momento más álgido del grupo en los años 90. También estaban presentes aquellos con los pañuelos en la cabeza, a estilo de Axl Rose, especialmente los jóvenes, o quienes incluso llevaban un sombrero de copa, que define la imagen de Slash, el guitarrista.
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Alrededor de las 21:30 horas la banda oriunda de California, Estados Unidos (EU), comenzó a desatar el manicomio desde que sonó la primera pieza de la noche, “Welcome to the Jungle”, que hizo que los silbidos impacientes se callaran de forma contundente y se transformaran en gritos eufóricos.
Guns N’ Roses azotó a su público con un setlist completo que no dejó nada pendiente. En la gran mayoría del tiempo fue un concierto brutal y electrizante, pero por algunos momentos se sintió como rellenos necesario para que el corazón bajara las pulsaciones.
“Bad Obsession”, “Mr. Brownstone”, “It´s so easy”, “Pretty Tied Up”, “Better” y “Yesterdays”, continuaron la noche frenética de un rock repleto de nostalgia y admiración, tal como lo contaba Raúl Salinas, un fanatico de la banda desde su adolescencia, horas antes de que iniciara el show.
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“Como están, buenas noches”, se limitó a decir Axl en un perfecto español, antes de cantar “Live and Let Die” original de la banda de Paul McCartney, Wings, seguida de “Chinese Democracy” y una de la favoritas de la afición “Knockin’ on Heaven’s Door” original de Bob Dylan, la cual fue cantada con una emoción evidente.
La noche de este sábado se cumplió con creces lo que el hype esperaba, una banda increíble y estruendosa como en los años mozos, con un Slash y sus vertiginoso riffs de guitarra, quien mantiene intacta la técnica y el tono característico de la banda, un Duff McKagan incorporando el groove de su bajo que aporta peso al sonido de los Gunners y un Axl Rose divertido sobre el escenario, desplegando su habitual carisma, conquistando al público y arrancándoles aplausos y ovaciones a cada momento.
El momento emotivo de la noche se lo ganó sin duda alguna el homenaje a Ozzy Osbourne donde Axl y compañía interpretaron “Sabbath Bloody Sabbath”, el legendario tema de Black Sabbath, que resonó en cada rincón del GNP. Cabe recordar que lo incorporaron en su set tras participar en el concierto de homenaje “Back to beginning”, el último show de Osbourne antes de morir.
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También sonaron otros covers como “Slither”, el icónico tema de Velvet Revolver, “Thunder and Lightning” de Thin Lizzy y “Wichita Lineman” de Jimmy Webb.
Le siguieron éxitos de toda una época como “You Could Be Mine”, “The General”, “Coma”, “Double Talkin’ Jive” y “Perhaps”, que sonaron magníficas aunque hay que aceptar que la voz de Axl en verdad ha cambiado pero al público parecía no molestarle verdaderamente, ya que lo apoyaban cantando y lanzando vítores.
En las pantallas proyectaron unas bien trabajadas animaciones, cargadas de colores brillantes que en oraciones emulaban la estética de los videojuegos, prácticamente innecesarias pues todas las miradas estaban colocadas en la banda.
Pero no todo era rock explosivo e vertiginoso, Guns N’ Roses también se caracterizó por sus baladas rock, esta noche sonaron algunas de ellas como “Patience”, “Don’t Cry”, “Sweet Child o’ Mine” o “November Rain”, canciones que moldearon una época y influenciaron a varias generaciones de fanáticos.
La noche se hacía profunda y Guns N’ Roses encaminó el concierto a su última etapa, pero no se podían retirar sin darle un espacio para deleitar a su público con las habilidades sobrehumanas de Slash con un solo de guitarra, extraordinario, para luego terminar con “Nightrain” y “Paradise City”.
dft
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