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Juegos de feria y una cantina donde se puede escuchar todo tipo de música, principalmente el regional mexicano, es el ambiente que recibe al público este sábado en la primera edición del festival “Mezcla”, impulsado por Spotify en el Parque Bicentenario de la Ciudad de México.
Con ello, además, el ambiente de Halloween y Día de Muertos también es el que permea este festival, que, aunque no tiene como principal objetivo celebrar a la muerte, como es costumbre en México cada año el 2 de noviembre, recibe a fanáticos disfrazados y maquillados de catrinas. Afuera, las flores para adornar con diademas a las mujeres también se venden.
Los disfraces y las botargas también se hicieron presentes. Todo esto mientras el hip hop y el rap se hacen sentir en el escenario principal del evento, para comenzar a evadir también el frío, bailando y brincando con la energía de los dos raperos mexicanos y su concepto Rich Mafia, donde salen juntos al escenario.
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Para entonces, las cervezas y la celebración del público ya se hacían sentir, aunque todo con tranquilidad, pues al ser la primera edición y en una fecha tan significativa, la asistencia aún no era masiva en ninguno de los escenarios.
Por el contrario, el público podía disfrutar cómodamente, aunque abrigado, sentado en las zonas de pasto, mientras otros preferían la energía cerca de la tarima.
Una vez cayó la noche, también hubo tiempo para las baladas, cortesía de un mexicano, Kevin Kaarl, quien cantó solo con su guitarra, emulando la nostalgia y provocando muestras de amor entre los fans.
Abrazos y besos entre las parejas cuando Kevin cantaba sus clásicos temas “Vámonos a Marte” o “Amor viejo”, todo mientras el cielo abierto de la noche ya cobijaba a los asistentes.
Pero el ambiente también era de fiesta; miles de personas ya estaban listas con botas, sombreros y cinturones de cuero, preparadas para el cierre de este primer día de actividades donde Grupo Marca Registrada y La Adictiva aparecerán para hacer bailar a ritmo de banda y tumbados al público, todo en un ambiente mexicano, donde también se podían consumir pan de muerto, café o chocolate.
Los ornamentos y adornos estaban llenos de calaveras, papel picado, cruces y colores típicos como el naranja y el morado. La lluvia amenazó por momentos, lloviznando, pero sin incomodar a los fanáticos ni entorpecer la realización de cada uno de los conciertos.
desa/bmc
