Desde que vio películas como “El quinto Elemento”, de Luc Besson, o “Alien”, de Ridley Scott, hasta “Mad Max” de George Miller, el director Eli Roth tenía definido que quería hacer una película que aprovechara todos los recursos de la cinematografía, drama y humor a su favor, ahora trata de materializarlo en “Borderlands”, su próxima película.
“El reto es muy grande, me inspiró en todas las películas que he visto, quería hacer una película que fuera divertida loca y salvaje, pero es una adaptación de un videojuego entonces tenía que ser cuidadoso, el error principal sería es recrear el videojuego en la pantalla, por eso me acerque con el creador del videojuego, para cambiar esas atmósferas”, cuenta Eli Roth.
Pero hay otro factor en la realización de “Borderlands”, la experiencia como actor que Eli adquirió trabajando para Quentin Tarantino, en situaciones violentas, hilarantes pero que nunca abandonaron un recurso importante, que ahora también lleva consigo a sus producciones, el humor.
“El humor puede ser ofensivo, es cruzar la línea es una transgresión, el punto es hacerla más divertida de lo que pudiera ofender, para poder lograr ese sentimiento genuino, es importante no tener miedo de ofender al público, puede que ofendan a muchas personas, puede que les escriban cosas terribles, pero el punto es que quieran tanto la película que no les importe lo demás”, cuenta Eli.
Para lograrlo sacó de su zona de confort a actores que no es común para el público ver en situaciones incómodas, o hilarantes.
“Creo que es el mejor elenco que he tenido en mi vida, Cate Blanchet, Jamie Lee Curtis, Edgar Ramírez el elenco más divertido que podría haber seleccionado, todos quieren entrar a la película, por eso tengo que jugar con el lanzallamas y llevar a estos actores más allá, para explotar todo lo que pueden hacer en beneficio de la diversión en la película”, cuenta Eli.
Abierto a la tecnología
Para lograr un buen resultado también se apoyó en la tecnología, principalmente en la cámara Alexa 55, mucho más portable que una cámara de cine convencional, para tener una cinematografía limpia de ruido en la imagen y de alta fidelidad.
“Creemos que se logró hacer la película con elegancia, incluso que podría parecer una poesía europea la forma que iluminamos, parece que todo es electrizante, resaltando los colores, que incluso los momentos oscuros fueran brillantes”, describe Eli.
Para el director estos nuevos recursos que le permiten al público hacer cine incluso con un iPhone beneficia a la industria y pone a la mano de cualquier persona la capacidad de hacer una película, pero tiene sus desventajas, aumenta la competencia.
“Creo que es genial está potenciando a las nuevas generaciones de directores, necesito que haya herramientas para superarnos a los que ya estamos trabajando, es muy interesante que con toda la tecnología de hoy cualquiera puede acercarse a hacer cine, se ha convertido en algo muy abierto y eso es genial, aunque hay más competencia”, bromeo Eli.