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Venecia, 29 de agosto de 2024. El director mexicano Alfonso Cuarón volvió a la ciudad de los canales para estrenar la miniserie "Disclaimer" después de coronarse con el máximo trofeo, el León de Oro, con su filme Roma en 2018. La miniserie, que es producida por Apple TV, consta de siete episodios y es protagonizada por Cate Blanchett, Kevin Kline, Sacha Baron Cohen, Lesley Manville y Louis Partridge.
Aunque el director estrenó los primeros cuatro capítulos en la Gran Sala del Lido recibiendo el calor de los aplausos del público, en esta ocasión la crítica a su nuevo trabajo tendrá que esperar, pues el Festival ha pedido que no se hable de ella hasta que todos los capítulos de la serie sean proyectados en el marco de esta Muestra.
Mientras tanto, Cuarón y su reparto llenaron de glamour la alfombra veneciana con una Cate Blanchett deslumbrante, que en la rueda de prensa se mostró muy seria cuando un periodista le preguntó si pensaba sorprender con su atuendo en la gala: “Iré desnuda”, dijo provocando las risas de toda la sala que se tomó a broma el comentario, menos ella, pues al permanecer inmutable dejó ver que ese tipo de preguntas le molestan.
De lo que sí habló con firmeza fue de las mujeres: “Siempre interpreto a mis personajes como una mujer, porque lo soy”, dijo. “Creo que hay una gran diferencia entre la vergüenza y la culpa. La culpa es inútil y no sé qué hacer con ella. Pero la vergüenza, el arrepentimiento y las lecciones que conllevan son muy poderosas. Con respecto a las mujeres, creo que se les desacredita mucho. Piénselo. Cuando estás educando hijos y regañas a un niño en público y lo avergüenzas, lo que provocas es ira. Sin embargo, cuando lo llevas a un lugar privado y hablas a solas con él, tienes mayor efecto. Yo creo en las conversaciones personales, a menudo las encuentro más útiles que las públicas. No digo que no sean importantes, pero creo que el uno a uno, el cara a cara, es más efectivo que la humillación pública”, expresó la actriz australiana que en "Disclaimer" interpreta a Catherine Ravenscroft, una periodista documental de reputación impecable cuya vida se tambalea cuando descubre que es la protagonista de una novela inspirada en ella y que revela un oscuro secreto.
Acerca de cómo ella vive el derecho a la privacidad comentó: “El que alguien no te cuente todo, no quiere decir que tenga algo siniestro que ocultar. Creo que eso se llama privacidad y que no porque los artistas seamos personas muy privadas en general eso quiere decir que somos deshonestos o estamos haciendo cosas nefastas. Todos tenemos problemas grandes o pequeños que no compartimos o los queremos ocultar porque estamos en el proceso de sanarnos a nosotros mismos y aprender a lidiar con ellos. En relación con mi personaje, creo que interpreto a una mujer que tiene que enfrentarse a cosas que ha enterrado. Imagino que muchos aquí han leído el libro The Body Keeps the Score que habla de la forma en la que el trauma existe y permanece en el cuerpo a un nivel celular, y me ha hecho pensar mucho en lo que pasa con las memorias reprimidas y con las cosas que hemos evitado enfrentar. Eso me ha parecido fascinante y me siento muy agradecida de haberlo podido trabajar con quien creo que es uno de los mejores directores vivos del mundo”, dijo la estrella, quien varias veces mencionó que la clave para hacer este proyecto es que con Alfonso se sintió, “en las mejores manos posibles”.
Idea que secundó Kevin Kline, quien aseguró nunca haber trabajado con un director, “con tal nivel de detalle e intensidad como el del mexicano. Él no sólo quiere conseguir la escena, quiere que se haga de la mejor manera posible. Trabaja con precisión y eso te da mucha seguridad”, completó.
Según Cuarón respondió a El Universal, este es un trabajo que no hizo pensando en la televisión, sino como un filme más: “Nosotros tres hemos sido formados por el cine, en el caso de los actores también en teatro. Yo no sé cómo dirigir televisión. Probablemente a estas alturas de mi vida es demasiado tarde para aprender cómo hacerlo. Así que nos acercamos a toda esta aventura como una película. Lo que no calculé bien y que fue muy duro para todos, en particular para los actores, es que filmar una película toma más tiempo. Y este proyecto fue como hacer siete filmes. Así que fue un largo proceso que sentí sobre todo por ellos, porque tuvieron que quedarse atrapados en sus personajes por demasiado tiempo”, compartió el cineasta.
De cómo encontró a sus protagonistas, detalló a este periódico: “Cuando estaba escribiendo el guion, Cate estuvo inmediatamente ahí; estaba aterrado de que dijera que no. En verdad. Porque ella era parte esencial de cómo había imaginado todo. Y creo que fue en una conversación muy temprana con Cate en la que discutimos lo importante e interesante que era el personaje de Stephen Brigstocke (interpretado por Kevin Kline) y cómo teníamos que ser muy específicos. Y si recuerdo muy bien, tú estabas en Nueva York”, dijo Alfonso mirando a Cate Blanchett, quien asintió y lo dejó seguir con la anécdota: “Y por alguna razón estabas probablemente pensando en A Fish Called Wanda (1988) y de repente me llamaste y me dijiste ‘¡Kevin!’ y de inmediato dije ´¡sí!’, ¿por qué no pensamos en él cuando empezamos a discutir nombres? Y me dije a mí mismo, ‘claro, la razón obvia es porque es americano y este personaje es inglés, pero él ya ha trabajado con acento británico y es un gran actor…’”.
Cate interrumpió: “Bueno, y yo soy australiana”, bromeando y tomando emocionada la palabra para explicar por qué vio en Kevin a un buen compañero para este proyecto: “Creo que más allá de tu trabajo en ti está un ingenio, un peligro inesperado y que las decisiones que siempre haces como actor son sorprendentes, y sabíamos que esas cualidades las traerías al personaje”, remarcó.
La fotografía es otro elemento que destaca y que fue hecha a “cuatro ojos” pues contó con el talento de la fiel mancuerna de Cuarón, Emmanuel “El Chivo” Lubezki, que alternó detrás de cámara con Bruno Delbonnel. Acerca de esto, Alfonso explicó: “Fue el propio Chivo Lubezki quien me dijo que necesitaba otro fotógrafo para tener otro punto de vista según cada personaje. Y en seguida pensamos en Bruno porque ambos lo admiramos mucho como profesional pero también como persona. Cada uno es diferente, pero tenían que tener cierta congruencia y temporalidad. Así que en ese sentido hubo mucha coordinación entre ambos para encontrar la narrativa y la voz que cada uno quería tener y que a la vez todo tuviera un equilibrio”, finalizó el cineasta.