Todos los días, durante el rodaje de “El inocente” en Acapulco, Silvia Pinal recibía una caja con tamalitos que comía con gusto.
Pero en una ocasión no le dio tiempo y pidió se los guardaran.
Era 1955 y la gente se arremolina en la playa buscando tener algún recuerdo de ella y su coprotagonista, Pedro Infante, el cantante.
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Cuando regresó, no había nada de tamalitos. Si. Su compañero de estelar, “El Ídolo de Guamúchil”, se los había comido todos por completo.
“¡Pedro era un sinvergüenza y tragón!”, recordó Pinal durante el 2013, en entrevista con EL UNIVERSAL, con motivo de un homenaje que le rendiría el festival del puerto guerrerense, al año siguiente.
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“Estábamos en una casa con vista al mar y teníamos que salir de ella en lancha; la casa tenía su muelle y no había oportunidad de que la gente se acercara”, narró la actriz.
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Para la estelar en “El ángel exterminador” y productora de “Mujer, casos de la vida real”, el puerto guerrerense le significaba mucho en su carrera y a nivel personal, pues ahí había pasado su luna de miel.
“Logré tener una casa pero cuando murió Viridiana (su hija, a principios de los ochentas) me entró una nostalgia terrible y la dejé; con el tiempo pude reponerme y comprar un departamento, ahora tengo uno muy hermoso”, detalló en esa ocasión.
melc