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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Gael García Bernal no es músico, pero para su nueva película como director, "Chicuarotes", ha participado activamente en el score, proponiendo incluso que éste tape las voces de los personajes en alguna escena.
El compositor Jacobo Lieberman (La jaula de oro), quien junto con Leonardo Heiblum (De panzazo) son responsables de la música, señala que el actor tiene perfectamente en la mente lo que desea se escuche.
“Tiene clarísimo qué onda, hubo un momento en el que Gael decía que debía crecer la música para que tapara diálogos, nos ha empujado a hacer algo distinto”, comenta.
Chicuarotes cuenta la historia de El Cagalera (Benny Emmanuel, La CQ) y El Moloteco (Gabriel Carbajal, debutante), quienes buscan desesperadamente salir de la situación de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco.
Cuando un amigo de ellos les habla de la posibilidad de comprar una plaza en el sindicato de electricistas, idean distintas formas para juntar el dinero e irse junto con Sugehili (Leidi Gutiérrez, Las elegidas), la novia de El Cagalera. Pero las cosas irán complicándose hasta llegar al mundo violento de los adultos.
La base musical del largometraje, apunta Lieberman, es el Ondes Martenot, instrumento de principios del siglo XX. “Es como un teclado pero tiene un anillo que agarras con el dedo. Gael tiene una amiga en Roma (Italia) que lo toca y le dijimos que grabara, queda maravilloso”.
Varios violines a diferentes velocidades cada uno y que van en descenso de sonido, también forman parte de lo que se oirá en el filme.
“Ha creado una atmófera rara, espero no pueda definirse”, dice.
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