Madrid.— La encarna a una que, en sus últimos días, recuerda su historia y reflexiona sobre su vida en la puesta en escena Chavela, la última chamana, que estrenó ayer en el Teatro Marquina.

Los fantasmas de su pasado son interpretados por Nita (Fandango) y Rozalén, quienes encarnan a la Chavela mito, a aquella diva que se quedó en la mente de todos durante sus años mozos, mientras que Paula Iwasaki le pone voz y sentimiento a la Chavela niña y joven.

Durante el montaje, se explora cómo Chavela tiene que atravesar la oscuridad, su contacto con el alcohol, cómo se enamora de la pintora Frida Kahlo y cómo logra navegar en una tierra de machos para consolidar su nombre.

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La dramaturga Carolina Román (Juguetes rotos, Río seguro, Adentro o Luciérnagas) comentó cómo surgió la idea del montaje dedicado a la fallecida cantante mexicana.

“Fue en una gira en México donde conocí a María Cortina, que es amiga y heredera de sus derechos universales. Y a través de la historia de la persona, no del mito, es como se despertó en mí este primer amor para poder embarcarme en semejante historia que habla de cualquiera de nosotros, porque el teatro sirve como espejo”, apuntó.

Para Román, la puesta en escena se interna en la parte más personal y desgarradora de Chavela, aquella mujer adelantada a su época, que no busca imitar ni su acento ni su personalidad.

“Eso es imposible. Chavela era única. Era una criatura celestial, mágica, una chamana de andar por casa, una visionaria que tomó la libertad como bandera, y ahí es donde está la gran Gavasa, este animal escénico que tenemos el placer de que canalice a Chavela en su agonía”, dijo Román.

Según Carolina, para contar a Chavela hay que ir a sus raíces, a Costa Rica, y, por supuesto, abordar su gran amor por México.

“Entender el rechazo de su propia familia, el cómo era una niña a la que escondían. Ella decía que todo el dolor lo había pagado en la infancia y luego ese viaje a México da igual si fue así de mágico o se lo inventó ella porque fue su escape. A México no sólo le dijo ‘te quiero’ sino, ‘te quiero querer. ¡Te voy a querer!’”, enfatizó.

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Introspección feminista

Gavasa confesó que esta es la primera vez que interpreta a un personaje tan querido y que existió en la realidad. A un ícono.

“Yo estaba asustada porque no sabía cómo enfrentarme a Chavela Vargas. Pero ha sido otra mujer, Carolina, la que de alguna manera me ha llevado de la mano para poder entenderla. ¿Cómo he logrado dialogar con Chavela? Pues encontrando muchas cosas en común. Porque, aunque somos muy distintas, ¿quién no ha amado y ha sido desamada? ¿Quién no te ha amado y has dejado de amar?”

La actriz de 73 años se considera una mujer feminista, quien ha tenido que luchar durante su carrera por la igualdad, al ser parte de una generación en la que las mujeres tenían que demostrar todo el tiempo que sus capacidades eran iguales a las de los hombres.

“Aunque no haya unos elementos comunes con Chavela Vargas sí que hay territorios compartidos que me han permitido ir al alma de esa mujer. Y las almas en general, si son buenas almas, son parecidas. Tengo una edad en la que a la muerte la tienes más cerca y la toleras como puedes y Chavela me ha hecho enfrentarme a ello. Quizá esa sea la lección que me está dando Chavela, la de aprender a irme desde la dignidad, ligera de equipaje, como diría Machado”.

Chavela, la última chamana estará en el Marquina durante 10 semanas consecutivas, hasta el cuatro de mayo. Óscar Martínez fue el encargado de las coreografías y Alejandro Pelayo (Marlango) de la música que sigue la historia con un piano en directo y con la cual prometen que ninguna puesta será exactamente igual a la anterior, dados estos elementos.

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