La presidencia de Emílio Garrastazu Médici en Brasil es una etapa oscura en la historia contemporánea de ese país, pues fue una dictadura militar caracterizada por la represión y la censura.
En esos años se gestó la historia de Eunice Paiva, una mujer que desafió la dictadura para exigir justicia por el ingeniero y político Rubens Paiva, su esposo desaparecido luego de que una noche, militares irrumpieron en su casa para arrestarlo.
Ahora, su historia llega al cine en Aún estoy aquí, dirigida por Walter Salles, quien en entrevista resalta la importancia de narrar la historia desde una perspectiva femenina:
“Siempre me ha marcado la mirada femenina en el cine, quizá porque Brasil es un país de familias monoparentales, donde el padre está ausente. Aún estoy aquí rescata esa voz, y también es una advertencia sobre los peligros del autoritarismo y la resistencia de quienes lo enfrentan”, afirma Salles en entrevista.
Una mujer contra el régimen
Basada en el libro autobiográfico de Marcelo Rubens Paiva, hijo de Eunice y Rubens, Aún estoy aquí cuenta la historia de como Eunice (Fernanda Torres y Fernanda Montenegro) pasó años luchando contra el gobierno, que se negaba a reconocer la desaparición de su esposo, y del impacto que tuvo la dictadura en su familia y en muchas otras.
Hasta 1996 logró obtener el certificado de defunción de su marido, confirmando que fue asesinado bajo custodia militar. Sus restos fueron arrojados al mar, como los de muchas víctimas del régimen.
“Aún estoy aquí no es sólo una película sobre política, es también un relato humano y existencial”, explica el realizador de cintas nominadas al Oscar como Estación central.
Aunque el final de la dictadura se dio en 1985, Salles advierte que el legado del autoritarismo sigue presente en figuras como el expresidente Jair Bolsonaro, quien ha defendido la dictadura de 1964.
“Para algunos, el resurgimiento de regímenes autoritarios parecía una distopía lejana, pero la realidad ha demostrado lo contrario. Brasil estuvo cerca de caer nuevamente en esta trampa a finales de 2022.
“Aún estoy aquí es también una advertencia sobre los peligros del autoritarismo contemporáneo”, explica Walter Salles quien ve el cine como un acto de resistencia en un momento de auge del autoritarismo por eso considera que esta historia está más vigente que nunca:
“Brasil pasó hace poco por un periodo en el que la democracia estuvo amenazada. Vimos a un presidente condecorar torturadores de la dictadura. ¿Cómo no contar esta historia cuando la historia misma amenaza con repetirse?”, comenta.
Para el director, el cine recupera la memoria de quienes fueron silenciados, y plantea preguntas esenciales para las nuevas generaciones.
“Es una forma de decir ‘aún estamos aquí’ y seguimos luchando por verdad y justicia”, concluye.
Aún estoy aquí hace historia en los Premios Oscar 2025 con tres nominaciones, incluida la de Mejor película.