Iturbide llegó al poder a balazos y murió a balazos; Maximiliano se convirtió en emperador a balazos y murió a balazos; Santa Anna y sus 11 estancias en el poder, accedió a balazos y fue despedido a balazos. Juárez llegó a la presidencia a balazos y se mantuvo en el cargo a balazos; Porfirio Díaz, el golpista, llegó a balazos y fue destituido a balazos. La diarquía Obregón-Calles llegó a balazos y el PNR del Jefe Máximo surgió a balazos, los del 17 de julio en la Bombilla, hasta llegar a la Dictadura Perfecta, la del PRI, heredera de los balazos, que como bien decía Fidel Velázquez, es un partido que abandonará el poder a balazos. Todo a balazos. Hidalgo, Allende, Jiménez, Aldama, Matamoros, Iturbide, Guerrero, Melchor Ocampo, Leandro Valle, Madero, Belisario Domínguez, Serapio Rendón, Zapata, Carranza, Villa, Arnulfo Gómez, Francisco Serrano y Álvaro Obregón, entre otros tantos más, fueron exterminados a balazos, todo a balazos, siempre a balazos. Así resuelve sus diferencias el México Bronco que ya engrasa sus pistolas de nueva cuenta, pero ahora en el siglo XXI.

Lo anterior viene al cuento porque en la actual coyuntura política, económica y social de México, resulta imposible ignorar los furiosos gritos de hartazgo de la nación, originados, en buena parte, por la escandalosa corrupción en todos los niveles de gobierno que, junto con la patética ineficiencia, ha venido erosionando la paciencia de los mexicanos. Sobre la base que el tiempo se agota, considero imperativo buscar la mayor equidad electoral, objetivo que, entre otras herramientas, podría lograrse si hubiera un verdadero movimiento nacional orientado a impedir que el PRI ostente en su logotipo los símbolos patrios, que confunden a una parte muy importante del electorado desde que, en su ignorancia, todavía piensan que votar por el PRI es votar por la patria, nada más absurdo que sostener semejante creencia en la que se sostiene el voto duro de ese partido corrupto y retardatario.

Si en el logotipo del PRI se insertara una imagen de la Virgen de Guadalupe, el éxito electoral del PRI sería arrollador en este país de reprobados. Empecemos por convocar a la oposición de manera que, mediante una reforma legal, se impida al PRI utilizar los colores de la bandera nacional en 2018, antes que volvamos a resolver nuestras diferencias a balazos. ¿Quién resiste otros 6 años de PRI, razón de más para intentar la equidad electoral? Un partido azul, otro amarillo, pues que el PRI se le obligue a utilizar otro color, tal vez el negro… Otra iniciativa más: al igual que la Constitución del DF contempla la revocación del mandato, dicha disposición debería calcarse en nuestra Carta Magna. ¿Por qué esperar casi dos años más a que termine la presente “administración…”? ¿La qué…? ¿Hay algo que todavía no hemos visto? ¿Por qué esperar?

El movimiento nacional para impedir que el PRI utilice los colores de nuestra bandera, el PRI no es México, debe comenzar con un hashtag, una etiqueta, con el siguiente texto: #Méxiconoeselpri.

Propongo esa idea sin olvidar la cita de Martínez Domínguez: “Lo único peor que el PRI es la oposición…” Aún así, el PRI, el tricolor, no debe operar con dichas ventajas que ni Fox ni Calderón supieron cancelar… Más PRI con los símbolos patrios y acabaremos a balazos…

fmartinmoreno@yahoo.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS