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El mayor atributo de Luis Videgaray es la fascinación y confianza que le tiene el presidente Enrique Peña.
No es que el doctor Luis carezca de virtudes, pero se convirtió en mito más que en realidad. Eso le alcanza para seguir acumulando poder.
No fue el Golden Boy que llevó a buen término las grandes reformas, pero continúa decidiendo parte del destino del país.
En la escuela:
Para compañeros del Green Hills, que convivieron durante años cruciales de formación, es un hombre que viene de buena familia. Su madre, Kiki Caso, tuvo que sacar adelante a los hijos tras la muerte de su esposo. A diferencia de ella, de su hermano Eduardo y de su hermana Elena, el joven Luis era más bien retraído.
No se puede decir que sus compañeros lo bulleaban, pero digamos que no era el más popular del colegio.
Él iba a lo suyo. Amable, calculador, estudioso, circunspecto. Así logró ganar la presidencia de la sociedad de alumnos en la escuela. Y de ahí ‘pal real’.
En el gabinete de Peña Nieto:
Para muchos políticos, Videgaray es el Pepe grillo de Peña. Quien le habla al oído. A quien le cree. De esa creencia surgió la complicidad en el poder. Primero en el Edomex y luego en el gobierno federal. Tan estrecha es esta relación que comparten el escandaloso crédito de ser beneficiarios del contratista Juan Armando Hinojosa, de Grupo HIGA.
El hombre inteligente del grupo fracasó. No por la famosa visita de Donald a México que lo llevó a renunciar (y que lo traerá de regreso). Falló en lo que se supone es experto.
Lejos quedaron los días donde Enrique Peña tuiteaba: “Gracias a la Reforma Hacendaria, por 1era. vez en 5 años, ya no habrá incrementos mensuales a los precios de la gasolina, diésel y gas LP”.
Dos años después, la gente utiliza las redes para convocar a no comprar gasolina los próximos 1, 2 y 3 de enero; a la marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo; y para juntar firmas en change.org contra el aumento de precio.
En la era Trump:
Se ha escrito sobre el encuentro del yerno del presidente electo de Estados Unidos con Videgaray. Comentan los periodistas, que dijo el político, que dijo el yerno, que dijo Donald, que no le gusta Osorio Chong. Y aseguran que Luis regresará a ser secretario de Estado. ¿Es esto verdad? No importa. Lo que cuenta es el mensaje enviado. No quiere que sea Osorio.
Hoy más que nunca, Videgaray podría buscar la Presidencia de la República a través de su propia candidatura en el PRI o la de sus cercanos. José Antonio Meade, por ejemplo. Quien es su predecesor y sucesor en Hacienda y además ha servido en gobiernos panistas y priístas.
Tiene el apoyo de Peña, tiene el apoyo de Trump, aunque a México se lo esté llevando el mal tiempo.
Y en países donde la transparencia y rendición de cuentas no logran frenar la corrupción e impunidad, los mitos se potencian sobre la cruda realidad.
En la esfera del poder (hasta que la gente lo permita) la propaganda y los vínculos valen más que mil tropiezos y gasolinazos.
@elisaalanis
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