Cuando no existe salud, todo se complica. No hay nada que pueda generar mayor angustia que ver a nuestros padres, esposos, hijos o hermanos enfermos. La salud es un bien social, es un activo de las personas que les permite llevar una vida plena y productiva y ejercer todos sus derechos. Por eso, uno de los imperativos éticos de todo Estado moderno es invertir en la salud de sus ciudadanos, porque esto es condición para la equidad social, la igualdad de oportunidades y la prosperidad.

Todos hemos sido testigos de familias donde la enfermedad de un ser querido provoca enormes presiones económicas y, muchas veces, concluye con la pérdida del patrimonio construido con el esfuerzo y el sacrificio de toda una vida. Una enfermedad severa puede llevar a una persona y a su núcleo familiar entero a caer en situación de pobreza y quedar atrapado en un círculo vicioso de vulnerabilidad.

Por eso México invierte tantos recursos en salud (520 mil millones de pesos en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016).

La salud forma parte de nuestras mejores aspiraciones sociales, es una idea fuerza que ha movido al Estado mexicano por los últimos 80 años, y que ha dado frutos en el Instituto Mexicano del Seguro Social, fundado en 1943, pilar de nuestro sistema de seguridad social; en el ISSSTE, creado en 1959; en los grandes hospitales de especialidades de calidad mundial; en las campañas masivas de vacunación. El objetivo ha sido claro: hacer realidad el derecho a la salud establecido en el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Lo anterior cobra relevancia a la luz del reciente anuncio del presidente Enrique Peña Nieto en Tepic, Nayarit, de incorporar al Seguro Popular de Salud a los beneficiarios de los programas Prospera y de Pensión de Adultos Mayores de 65 Años y Más.

Prospera está en la vida de 1 de cada 5 mexicanos. Acompaña con cuidados prenatales; apoya una buena nutrición y salud; asegura la asistencia a la primaria y secundaria. El Presidente se comprometió a fortalecer el programa y lo ha cumplido: ahora los jóvenes tienen acceso a becas para cursar una carrera universitaria; miles de jefas de familia están concluyendo sus estudios de primaria y/o secundaria; todas tienen acceso a un seguro de vida que garantiza la educación de sus hijos si ellas llegasen a faltar. Estas mujeres cuentan ahora con mecanismos de inclusión financiera, productiva y laboral; con acceso a la Leche Liconsa y a comedores comunitarios; se benefician de jornadas médicas, mejor infraestructura hospitalaria y atención por unidades móviles de salud.

Hoy se fortalece su acceso a los servicios de salud con la afiliación y reafiliación al Seguro Popular. El mensaje es claro: Nunca más en México una mujer, jefa de familia, deberá pasar apuros o sufrir angustia por falta de doctor, clínica o medicinas. Así apoyamos su esfuerzo y su liderazgo en la lucha por abatir la pobreza.

Casi 6 millones de adultos mayores cuentan hoy con una pensión no contributiva del Gobierno de la República para cubrir sus gastos más esenciales. Bajo el liderazgo del Presidente, este programa ha tenido también una profunda transformación: amplió su cobertura al reducir el requisito de edad de 70 a 65 años; se promovió la inclusión financiera de estos mexicanos; este año, cerca de medio millón están acreditando sus conocimientos para obtener su certificado de primaria o secundaria, y seguimos trabajando día con día para que sigan activos y productivos.

Ahora, con lo anunciado ayer en Nayarit, se fortalece su derecho a la salud. Detrás de todo esto está implícita una convicción y un compromiso: nunca más en México, ni un solo adulto mayor deberá ver en riesgo su integridad por carecer de atención médica.

Estamos ante una medida de muy amplio alcance, sin precedentes, ya que 8.3 millones de beneficiarios de ambos programas tendrán acceso por primera vez al amplio catálogo de intervenciones del Seguro Popular o recibirán asesoría para seguir disfrutando de los servicios que éste provee.

Sabemos que todavía quedan muchos retos en materia de salud, pero estamos avanzando con paso firme y priorizando la atención a los más vulnerables. En el horizonte de todo este esfuerzo está un objetivo estratégico de esta administración: crear un Sistema Universal de Salud que haga efectivo este derecho constitucional a toda la población.

Secretario de Desarrollo Social

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