Hace doce años, alcancé el peso máximo que he tenido en mi vida: 116.600 kg. Por esas fechas, definí mi proyecto político a la gubernatura de Yucatán y, al revisar las estadísticas fundamentales de mi estado, supe que ocupaba el primer lugar en obesidad infantil. Lógicamente, uno de mis objetivos fue combatir esa afección, pero noté de inmediato la incongruencia de hacerlo si yo misma tenía un problema de obesidad.

Me informé más y un amigo médico me explicó las consecuencias de salud que el sobrepeso tiene a mediano y largo plazo. “Diabetes”, “hipertensión”, “problemas de corazón” e “infarto” fueron las palabas que encendieron mis alarmas y puse manos a la obra.

Así, una dieta balanceada que contemplaba comer mesuradamente y dos horas diarias de ejercicio me ayudaron en el proceso de mejorar mi vida. En nueve meses logré bajar 44 kilos y la mayoría de mis malestares se habían ido. Me sentí mejor que nunca.

Muchos mexicanos tienen el mismo problema que tuve en cuanto al sobrepeso, pero sé por experiencia propia que es cuestión de decidirse para mejorar nuestra calidad de vida.

Cada 7 de abril, a nivel internacional se celebra el Día Mundial de la Salud. Este año, la Organización Mundial de la Salud nos llama a reflexionar especialmente sobre la diabetes, enfermedad que afecta a más de 347 millones de personas en el mundo y que cuenta entre sus factores de riesgo el sobrepeso y la falta de actividad física.

En nuestro país, de acuerdo a la Federación Mexicana de Diabetes, este mal es la segunda causa de muerte, sólo después de los padecimientos cardiovasculares; su tratamiento cuesta al sector público más de 3 mil millones de dólares al año. Tan sólo en el último año han muerto más de 89 mil mexicanos a causa de esta enfermedad.

La mejor herramienta para disminuir los efectos de la diabetes es la prevención. Personalmente, creo que es necesario que todos nuestros niños tengan acceso a educación nutricional en las escuelas, sin importar dónde hayan nacido, para que aprendan a llevar una vida saludable.

Por ese motivo, propondré que en todas las escuelas públicas y privadas del país se imparta obligatoriamente la materia de nutrición. Enseñar a nuestros niños la forma correcta de comer es clave para asegurar que tendrán una mejor calidad de vida.

Y para crear conciencia sobre la importancia de la nutrición en nuestras vidas, invitaré a través de las redes sociales a las y los mexicanos a que firmen esta propuesta para transformarla en iniciativa de ley. Es claro que esta acción por sí sola no solucionará de tajo todos los problemas de salud; sin embargo, creo que es un buen primer paso para alcanzar el bienestar de todos y, sobre todo, de las niñas y los niños que son el presente y el futuro de México.

Diputada federal del PRI
Facebook: Ivonne Aracelly Ortega Pacheco
@IvonneOP

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses