El Paquete Económico 2026 trajo consigo un nuevo aumento el Impuesto Especial sobre Producción y Servicio (IEPS) a bebidas azucaradas como los refrescos, una medida que ha encendido el debate entre el gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil.
Edgar Amador, Secretario de Hacienda, ha dicho que el alza busca “incentivar hábitos de consumo más saludables” y “contribuir a financiar los costos asociados a enfermedades crónicas”. No obstante, empresas del sector afectado sostienen que no hay evidencia de que el incremento al IEPS disminuya el consumo de sus productos.
La iniciativa sugiere elevar el gravamen de 1.64 pesos por litro a 3.08 pesos, lo que representa un aumento del 87.07%. Este ajuste forma parte de los llamados “impuestos saludables” del paquete económico que se han aplicado también a otros productos como el tabaco y los videojuegos violentos.
Hoy, en EL UNI EXPLICA, consultamos al Dr. Héctor Iván Del Toro Río, economista de la Universidad de Guadalajara, para repasar los principales argumentos a favor y en contra de este ajuste fiscal.
La postura oficial: beneficio económico y salud
Durante su conferencia matutina del pasado martes, la Presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo que el aumento al IEPS de las bebidas azucaradas no era una decisión recaudatoria, “sino que tiene que ver con la salud de las y los mexicanos”, y adelantó los resultados de una encuesta que señala que pese a que el 88% de las personas en México reconocen sus efectos negativos en la salud, casi el 30% los consumen a diario.
“Lo que más me llama la atención es que la gente… sabe que le hace daño”, recalcó la mandataria. Según el Secretario de Hacienda, el incremento del total de “impuestos saludables” generará aproximadamente 41 mil millones de pesos el próximo año, los cuales se integrarán por completo al financiamiento de la salud pública.
El Dr. Del Toro coincide en que el ajuste fiscal puede incidir en el consumo de bebidas azucaradas en beneficio de la salud de la población. Sin embargo, cuestiona que el financiamiento planteado por el gobierno a través de este impuesto sea una solución adecuada, pues “el sector salud enfrenta un recorte presupuestal muy fuerte”, así que “se pierde la esencia del proyecto”.
Uno de los defensores más destacados de la iniciativa es el Secretario de Salud, David Kershenobich. El 19 de agosto, aseguró que México es el país que más refrescos consume a nivel mundial; detalló que una persona en México consume 166 litros de refresco, en promedio, anualmente.
“(En el país), uno de cada tres nuevos casos de diabetes mellitus y una de cada siete enfermedades cardiovasculares se atribuyen al consumo de bebidas azucaradas”, puntualizó el secretario. El gobierno ya ha tomado medidas anteriormente con la intención de atender estas enfermedades, como el etiquetado de productos y la prohibición de “alimentos chatarras” en las escuelas.
Voces en contra: argumentos de la industria y consumidores
“El incremento del IEPS a bebidas saborizadas no resolverá los problemas de salud que busca combatir y generará costos sociales, económicos y laborales considerables”, aseguró la Asociación Mexicana de Bebidas (MexBeb) a través de un comunicado este 10 de septiembre.
La organización aclaró que, aunque comparten la preocupación por el aumento en los índices de sobrepeso, “datos del INEGI muestran que el consumo per cápita de refrescos se ha mantenido estable en los últimos 30 años, mientras que los índices de sobrepeso y obesidad crecieron notablemente en el mismo periodo”, recalcó la MexBeb.
La asociación también advirtió que el aumento del impuesto perjudicará desproporcionadamente a los hogares de bajos ingresos y podría provocar la pérdida de 150 mil empleos.
El anuncio del aumento al IEPS de las bebidas azucaradas también generó debate entre usuarios de redes sociales. Un análisis de 5 mil 945 publicaciones en X, TikTok, Facebook, Instagram y YouTube, realizado por la agencia Dinamic, encontró que el 59.6% de las personas en redes sociales en México rechaza el aumento del IEPS a bebidas azucaradas, mientras que el 28.7% se muestra a favor, el 11.7% restante se mantuvo neutral.
Dinamic señaló que el 18.7% de los usuarios consideraban que la medida fiscal afectaría directamente a los bolsillos de los consumidores, sobre todo a los de bajos recursos; el 9.4% estuvo de acuerdo en que el alza al impuesto se hace pasar por una medida de salud pública y el 13.5% la contempla como una manera para enfrentar la obesidad y la diabetes.
El Dr. Héctor Iván Del Toro Ríos recuerda que en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se incrementó en siete ocasiones el IEPS a bebidas azucaradas y refrescos, pero la población continúa comprando los productos pese al alza de los precios, lo que genera una presión inflacionaria.
“Se esperan mayores ingresos a las arcas federales, pero no con la intención deseada de reducir del consumo de bebidas azucaradas. A largo plazo la población va a tener que asimilar los costos”, puntualizó el economista. No obstante, aclaró que si el próximo año tiene lugar el aumento salarial previsto del 12%, “no habría una afectación directa” a la economía de la población.
El Congreso analizará el Paquete Económico 2026, que contempla el aumento del IEPS, durante los próximos meses. Los legisladores tienen hasta el 15 de noviembre para discutir, modificar y aprobar el paquete. Posteriormente, se regresará al Poder Ejecutivo para su publicación en el Diario Oficial de la Federación en máximo 20 días naturales.