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Toluca, Méx.— Entender que los colores, profesiones, actividades artísticas o deportivas no tienen género fue parte de lo que alumnos de educación básica y media superior del Estado de México aprendieron durante este ciclo escolar, como parte de la Estrategia Curricular en Igualdad de Género (ECIG).
Si bien los docentes coincidieron en que hace falta ajustar algunos aspectos en la impartición de la materia, el resultado fue que “niños y niñas comenzaron con un cambio de mentalidad que sienta las bases de una convivencia sana y respetuosa”.
Se trata de un programa piloto de la Secretaría de Educación mexiquense en el que participaron 3.48 millones de estudiantes de educación básica y 453 mil 454 de media superior. Para impartirlo fueron capacitados 207 mil 682 docentes desde educación básica hasta escuelas normales, mediante un curso en línea.
EL UNIVERSAL entrevistó a dos profesoras, una de un colegio privado y otra de una escuela pública, respecto a su experiencia impartiendo la materia de género, quienes coincidieron en los beneficios, pero también en las diferencias que enfrentaron.
En las escuelas privadas se enfrentaron a la asignatura con una base de conocimiento general, tanto alumnos como docentes y los padres de familia se involucraron. En el plantel público apostaron por algunos talleres previos que permitiera a los maestros comprender los conceptos, sobre todo, para quienes son adultos mayores, a quienes se les dificulta el cambio, a la par los padres de familia fueron omisos, incluso hubo quienes ni se enteraron de la nueva asignatura.
En preescolar aceptan el término
Alma Berenice Raposo es directora del preescolar Liceo Pedro de Gante, en Toluca.
Comentó que los padres y madres de familia, docentes y alumnos aceptaron con mucha emoción el material de esta nueva asignatura. La estrategia fue abordada en tres ejes: cultura de la paz, igualdad de género, derechos de las niñas y los niños.
“Es un material muy bien diseñado, aborda la igualdad desde la enseñanza de qué y cómo somos, qué se piensa de los y las niñas, explica que llevan a la reflexión entre ellos y ellas sobre si los juguetes, los colores o las actividades tienen género”, dijo.
En este caso dedicaron una hora a la semana para la materia y destinaron un día de la semana para la estrategia por grado.
Los alumnos coincidieron con que papá y mamá se hacen cargo de su casa, trabajan, estudian, es decir, ambos aportan al hogar y son valiosos.
Romper estereotipos
Para Esmeralda Pacheco Chaparro, docente del cuarto grado de primaria en la escuela pública Vasco de Quiroga, los obstáculos con la impartición de la materia de igualdad de género iniciaron desde que hay docentes que no conocen la diferencia entre igualdad y equidad de género, tampoco se abren a la diversidad; por ejemplo, en la conformación de las familias.
El material, afirmó, llegó tarde a las escuelas públicas, de manera que no pudieron conocerlo a profundidad antes de iniciar con su impartición, aunado a “que estamos en una comunidad semi-urbana, donde los estereotipos de roles están muy marcados en esta zona, las mamás se dedican en su mayoría al hogar y los papás a un oficio”.
En este caso, los papás y mamás no se involucraron en el libro y la estrategia, porque la mayoría no tiene tiempo para ello, y si bien en ningún caso hubo inconformidad por el contenido de la materia, reconoció que quizá fue por la forma como lo impartió, pues inicialmente fue con dibujos y después con ejemplos, noticias, entre otros.
Balance
En ambos ejemplos las maestras dijeron que los niños conocen y aceptan la diversidad, saben del respeto y no conocen diferencias, sino que son los adultos quienes establecen limitantes y atribuyen los roles de género.
En la escuela particular como resultado tuvieron que más niños se inscribieron a clases de ballet y las niñas al karate.
Mientras en la escuela pública los niños identificaron que en su casa “papá no ayuda a mamá” en las tareas del hogar y que las mujeres pueden estudiar y trabajar en lo que ellas decidan, no trabajar en el hogar.