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Acambay, Méx.- La última vez que Cynthia González se comunicó con su mamá fue el 12 de junio del 2024, ella se dirigía a firmar, tras ser liberada del CERESO en Papantla, luego de encontrarla inocente de los cargos que se le imputaron meses atrás. Ella es oriunda de Acambay, Estado de México, aunque estudiaba en Veracruz.
Más de un mes ha pasado desde que los padres de la joven estudiante de ingeniería petrolera en la Universidad Veracruzana dejaron de saber sobre su paradero; por lo que piden a las autoridades mexiquenses ayuda, pues en Veracruz no han logrado recibir respaldo de las autoridades.
Inocencia González, mamá de la víctima relató que desde el 31 de enero la joven y su familia enfrentaron una serie de sucesos que calificó como “injusticias”, pues ella fue aprehendida por policías estatales del estado de Veracruz, durante una revisión al taxi en el que circulaba, presuntamente la carpeta de investigación refiere que Cynthia intentó huir del lugar, y al correr, agredió a una policía estatal; sin embargo, ella presenta una condición en las piernas que le impide correr, dijo su mamá.
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Sus familiares piden a las autoridades estatales, para que le ayuden a vincularse con el gobierno de Veracruz con la finalidad de buscarla, incluso las autoridades universitarias de la escuela donde su hija estudia están dispuestas a participar en marchas para exigir su localización, pues hasta el momento le han negado ayuda.
“En Veracruz no logramos poner la ficha de desaparición y cuando hice un video denunciando lo sucedido, recibí amenazas, no sé si de los policías. Pero ninguna autoridad en Veracruz me quiso recibir la denuncia, hasta que llegué al Estado de México, en donde las autoridades me ayudaron”, comentó.
En entrevista, Inocencia, madre de la víctima de desaparición narró que el 30 de enero su hija fue aprehendida mientras viajaba a bordo de un taxi en el que se dirigía desde el campus de la Universidad hacia su casa. De acuerdo con el relato de Cynthia, ella iba circulando cuando escucharon sirenas y se orillaron para dejar pasar la patrulla; sin embargo, detuvieron el vehículo de servicio público de pasajeros y los requisaron, entonces fueron detenidos el operador del taxi y ella, a quien acusaron de delitos contra la seguridad pública, por supuestamente haber agredido a una mujer policía durante su aprehensión y por la portación de sustancias prohibidas, desde cocaína, hasta metanfetaminas y marihuana.
“Pero a ella no le dieron el permiso correspondiente para hacer una llamada, porque no la dejaron hablarnos, le quitaron todas sus cosas, no apareció ni el INE de ella. Fue hasta que una señora me llamó y me dijo que había conocido a mi hija, me dio la palabra de seguridad que es la clave entre nosotras y me dijo que la temían en la Fiscalía General de Justicia de Veracruz”, explicó.
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La madre de Cynthia viajó a Poza Rica en donde pudo conocer al abogado de oficio, quien dijo que no tenía forma de defenderla, pues la juez encargada del caso señaló la presunta responsabilidad de la joven en los delitos de la que fue acusada, porque “no creía que una estudiante tuviera 250 pesos para pagar la estancia donde ella estaba durmiendo y que no había acreditación de la forma como obtenía el dinero para solventar sus gastos”.
Inocencia expresó que el juicio estuvo plagado de irregularidades, pues pese a que el MP no presentó pruebas sobre los delitos supuestamente cometidos por su hija, fue remitida al Centro de Readaptación Social (CERESO) en Papantla, en donde no pudo verla y escasamente le permitieron hablar por teléfono. “El argumento que me dieron es que había un familiar de visita con ella el día que la fui a visitar y que no podían entrar dos familiares. También que ella no podía ser visitada”, acusó.
Relató que para entonces el abogado defensor de oficio ya había abandonado su caso, por lo que contrataron un representante legal, quien logró liberarla el 15 de marzo, aunque bajo fianza, por lo que debía acudir a firmar por su libertad, podía ir de visita a casa de sus padres en Acambay, pero no podía salir del país. “Al no haber pruebas, la dejaron libre, pero tenía miedo, porque entonces comenzó el hostigamiento por parte de los policías, eran cuatro, de ellos, una mujer que fue la presuntamente agredida cuando la detuvieron en enero del 2024”, puntualizó.
Explicó que el acoso por parte de los policías ocurrió en todos los sitios donde estaba su hija, en la escuela, en su casa, en las inmediaciones de los sitios que visitaba, incluso el 6 de junio, que le picó una araña temía ir al médico pues la patrulla con número SP3994 la vigilaba a toda hora.
“Hay videos en donde se ve que la patrulla la está rondando y cuando fue liberada el juez no ordenó mantenerla bajo vigilancia, ni que hubiera cercanía de los policías con ella, ella iba a denunciar el hostigamiento ese mismo 12 de junio, cuando acudía a firmar por su libertad, pero fue la última vez que se supo de ella y no pudimos tener contacto nunca más”, lamentó.
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mahc/cr