Manuel Morales Damián, investigador en estudios mesoamericanos, explica que, en la arquitectura de estas regiones, se manifiesta un complejo simbólico muy rico: la pirámide montaña, la montaña residencia de los espíritus, la montaña como medio de comunicación entre el cielo y la tierra y la montaña como eje cósmico…

En Quintana Roo nos internamos en el pasado de los mayas para recorrer —la mayoría desconocidos por el turismo— y admirar no solo su belleza, también el conocimiento en arquitectura de una gran civilización, edificada de acuerdo con la temporada de cosechas, la salida y puesta del sol y dedicada a sus deidades.

Los formidables templos y ciudades nos hablan de su cosmovisión y cultura, de su convivencia con la naturaleza y de los espíritus que la habitan.

En tu próximo viaje a la y el Caribe mexicano, no dudes incluir una visita a este pasado.

Zona arqueológica de Oxtankah

Oxtankah no es su nombre original. Se traduce como “tres barrios” o “en medio de tres pueblos”. Es el sitio arqueológico más grande e importante de Chetumal. Los grupos que habitaron sus costas edificaron esta ciudad que alcanzó su apogeo en el Clásico Temprano (250-600 d.C.), periodo en el que agregaron murales de estuco modelados y pintados a detalle.

Foto: CPTQ
Foto: CPTQ

Según la tradición oral, Oxtankah fue el hogar de Gonzalo Guerrero, náufrago español. A inicios del siglo XVI, después de encallar cerca de las costas de Yucatán, en 1511, se integró a la comunidad y formó una familia. Se convirtió en líder militar y colaboró con la resistencia en contra de los conquistadores españoles.

Lee también:

Se recorre relativamente rápido. Verás la Plaza de las Columnas y edificaciones relativamente bajas; también el interior una capilla colonial del siglo XVI que ahora está restaurada.

  • Por el momento, la entrada es libre.
  • Está a 15 minutos de Chetumal llegando por la Carretera Chetumal- Calderitas-Luis Echeverría Km 9.
  • Abierta de 8:00 a 15:00 horas (último acceso a las 14:00).

Zona arqueológica de Dzibanché

Guillermo Velázquez Ramírez, arqueólogo especialista en Mesoamérica, explica que el máximo desarrollo de este sitio fue durante el periodo Clásico, entre los años 300 y 600 de nuestra era. Tuvo una gran influencia de Teotihuacán y se nota totalmente en el estilo arquitectónico.

Foto: CPTQ
Foto: CPTQ

Durante su máximo desarrollo en el año 600, el Templo de los Cormoranes fue usado como espacio funerario, muy poco visto en la zona maya. En este templo se han excavado seis entierros de personajes de élite, con ofrendas de elementos muy finos, como una máscara de jade, pectorales y un vaso con influencia teotihuacana pintado con un cormorán, ave característica de la zona.

Otro de los atractivos es el friso de la Montaña Florida en su costado izquierdo, con elementos iconográficos relacionados con la cosmovisión maya, como el agua, semillas y piedras preciosas.

El asentamiento fue abandonado al final del periodo Clásico, más o menos por el año 900 de nuestra era. Fue vuelto a habitar hacia el 1200, cuando se construyeron edificios y habitaciones, pero se nota que algunas de ellas no fueron terminadas.

Foto: CPTQ
Foto: CPTQ

La caminata por el lugar es muy disfrutable por la vegetación y los cantos de los pájaros.

Zona arqueológica de Kinichná

En maya significa “Casa del Sol” y fue una de las principales ciudades productoras de granos, como maíz y frijol. Su ubicación, a un costado de una llanura inundable, la hacía propicia para cosechas de manera continua, sin tener que aplicar riego, ya que, tenían canales de distribución de agua. Por esta razón, estaba en relación directa con Dzibanché, Kohunlich e Ichkabal, principalmente.

Foto: CPTQ
Foto: CPTQ

Su importancia comercial era total y fue descubierta por Thomas W.F. Gann a principios del siglo XX. El arqueólogo Peter Harrison le dio su nombre actual en los años setenta.

Tanto Dzibanché como Kinichná, han revelado hallazgos importantes sobre la dinastía Kaanu’l y la antigüedad y poderío de su linaje.

Visitarlo es también la posibilidad de observar varios templos en su acrópolis: el de las Tortugas, el de los Saraguatos, el de los Pericos y el del Jaguar. Al subir (solo a los que se puede tener acceso), obtendrás bellas vistas de la selva, con árboles de chicle, ramón, palo mulato, ceiba, cedro y más.

Foto: CPTQ
Foto: CPTQ

Los monos araña, los saraguatos y otros mamíferos habitan entre sus copas. Podrás ver a uno que otro rondándote con curiosidad.

  • Entrada por los dos sitios: $80 pesos.
  • Se ubican a una hora y media de Chetumal, por la carretera Chetumal-Escárcega-Campeche.
  • Abiertos de 8:00 a 17:00 horas (último acceso a las 16:00).

Zona arqueológica de Ichkabal

Su nombre significa “entre bajos” y esta ciudad fue el primer gran centro urbano rector de la península de Yucatán y posiblemente de la región maya, explica Velázquez Ramírez. Añade que los asentamientos humanos en ella iniciaron en el Preclásico medio, hace 500 años a.C., y que su arquitectura monumental, con pirámides de gran altura, se adelantó a los modelos tecnológicos usados mil años después en Chichén Itzá.

Roger Sauri, vocero del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, destacó que su estilo arquitectónico es Petén, también presente en Tikal y El Naranjo, ambos en Guatemala, y en Calakmul y Edzná en Campeche. Explicó que fue la primera gran capital del poderoso linaje Kaanu’l, cuya traducción es “serpiente.”

Desde la urbe, esta dinastía extendió su dominio sobre las tierras bajas mayas de México, Guatemala y Belice. Fue un centro urbano que subsistió por su comercio vía terrestre. Los habitantes construyeron un lago artificial para abastecerse de agua.

Foto: CPTQ
Foto: CPTQ

Hoy en día es parte de la reserva forestal de Bacalar, con una gran biodiversidad y un sendero de acceso sencillo para recorrerlo cómodamente. Haz pausas para admirar la naturaleza debajo de la sombra de árboles como ceibas y zapotes: aves como aningas, colibríes y tucanes y, si tienes suerte, toparte con algunos monos araña y coatíes.

Se aprecian plataformas, plazas y otras edificaciones que posiblemente sirvieron como bodegas, graneros y mercados a cielo abierto, y espacios para que los comerciantes de otros lugares pudieran pernoctar por varios días.

Lee también:

Por su cercanía, estaba en contacto con Dzibanché, Kinichná y Chacchoben, entre otras ciudades con las que intercambiaba principalmente alimentos. Esta ciudad fue abandonada durante el Posclásico en el 900 a.C.

Desde lo más alto de estos complejos arquitectónicos se puede ver toda la selva: aprovecha para hacer unas fotos panorámicas y relajarte.

Como zona arqueológica, fue registrada en 1996. Pero hasta enero de 2025 abrió al público por un acuerdo entre el INAH y autoridades ejidales.

  • La entrada es libre.
  • Está a una hora de distancia de Bacalar por la carretera Bacalar-Reforma.
  • Abierto de 8:00 a 17:00 horas (último acceso a las 16:00).

Zona arqueológica de Tulum

Esta ciudad se llamaba en la antigüedad Zamá, que significa “amanecer” en maya. Surgió en el Posclásico, es decir, después del año 1100. Se caracteriza por estar amurallada y por su colindancia con el mar. Era un centro de almacenaje de productos, principalmente marinos, ya que en ese periodo había muchas rutas comerciales de intercambio.

Foto: CPTQ
Foto: CPTQ

Entre sus atractivos está el Templo del dios Descendente, cuya figura es única en su tipo en toda la región. En algunas de sus esquinas está la representación de Chaac, dios de la lluvia.

Cuando se empezó la exploración había pinturas murales en tonos azules, pero estos ya no existen: su gran encanto es la vista al mar.

Velázquez Ramírez nos compartió que, recientemente, se descubrió una cueva dentro de la zona amurallada en donde se encontraron los entierros de 15 personas, un hallazgo importante para la arqueología, porque no hay otro igual en la zona.

Foto: CPTQ
Foto: CPTQ

La excavación continúa, por ello, el acceso para subir a los edificios principales está restringido: sigue los andadores designados para tu visita.

  • Costo: $120 pesos. También se tiene que pagar el acceso al Parque del Jaguar, de $255 pesos.

Consejos de viaje para visitar las zonas arqueológicas de la Riviera Maya

  • Puedes empezar esta ruta en Chetumal y terminar en Tulum para disfrutar unos días en la playa y hacer otras actividades.
  • Renta un auto y ve a tu ritmo. O también puedes contratar los servicios de alguna compañía local que ofrezca recorridos, como sentirmaya.com en Chetumal o jimbostoursbacalar.com en Bacalar.
  • Descarga los mapas de todo tu recorrido previamente porque no hay señal en varios tramos.
  • También puedes quedarte en Bacalar unos cuantos días.
  • Para recorrer zonas arqueológicas, las sandalias no son una cómoda opción. Prefiere unos tenis.
  • Utiliza bloqueador solar amigable con el entorno y ropa clara de textiles naturales. Debe cubrir brazos y piernas para evitar quemaduras y piquetes.
  • Usa repelente ecológico.
  • Hidrátate bien: toma agua suficiente y no lleves botellas de plástico.
  • No alimentes a los animales y tampoco extraigas alguna planta o piedrita del lugar.
  • Sé amable con las personas que trabajan en los sitios arqueológicos: gracias a ellas, pueden conservarse.

Recibe todos los viernes Hello Weekend, nuestro newsletter con lo último en gastronomía, viajes, tecnología, autos, moda y belleza. Suscríbete aquí:

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses