Existen salineras y salares muy famosos en todo el mundo, tanto por su tamaño como por los asombrosos paisajes que crean. El más conocido y el más fotografiado tal vez sea el Salar de Uyuni, en Bolivia, pero también está el de Bonneville, en Estados Unidos; los salares del desierto de Atacama, en Chile; y el de Maras, en Perú.
Sin embargo, hay una maravilla en México que ostenta el récord de la salinera más grande del planeta, con grandes montículos de color blanco y pozas en tonalidades turquesa. Este sitio que parece sacado de una película y puedes visitarlo.
¿Dónde está la salinera al aire libre más grande del mundo?
La salinera Los Amargos se encuentra en Baja California Sur, a orillas del mar de Cortés y a unas 10 horas por carretera desde La Paz. El pueblo se llama Guerrero Negro, en el municipio de Mulegé, en el extremo noroeste del estado.
Está rodeada por un paisaje surrealista, desértico, muy cerca de la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno (Patrimonio de la Humanidad). Ahí mismo, en Guerrero Negro, la laguna Ojo de Liebre se convierte en un santuario para la ballena gris durante el invierno.
¿Cómo es la salinera al aire libre más grande del mundo?
La salinera de Guerrero Negro fue fundada en 1957 por el estadounidense Daniel Keith Ludwig, con la finalidad de exportar sal a Estados Unidos.
Su ubicación es privilegiada, ya que su cercanía con el mar, su terreno prácticamente plano y el entorno semidesértico con potentes rayos de sol hacen que la región sea idónea para la producción de sal mediante el proceso de evaporación.
Este conjunto de cualidades naturales la convirtieron en la salinera más grande del mundo, con una superficie de 330 kilómetros cuadrados, unos 14 más que la alcaldía Tlalpan, la más extensa en CDMX.
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Su paisaje se compone de gigantescas planicies y montículos de sal que deslumbra con el sol y cruje al caminar.
Es posible ver enormes ‘piscinas’ (llamadas vasos de concentración) alimentadas por el mar. En estas ocurre la ‘magia’: el agua se evaporiza y se forman los cristales de sal.
Los colores del agua de esas albercas contrastan con el entorno; hay rosas y turquesas, y dependen del avance en el proceso de cristalización.
Al ser un lugar inmenso, las máquinas con las que se recoge la sal también son auténticos monstruos. Los ‘darts’ son vehículos especialmente diseñados para esta labor, tienen una capacidad de carga de hasta 260 toneladas y miden unos 7 metros de altura (tan solo sus llantas tiene un diámetro de 3 metros).
Tour por la salinera más grande del mundo
Aunque la salinera continúa con sus labores, es posible visitarla, ya que se ha convertido en un atractivo turístico de la región.
Para entrar es indispensable contratar guías y/o touroperadores autorizados.
Una de las opciones es la touroperadora Mar de Amores, que ofrece un recorrido por los campos y montículos de sal, interacción y photo opportunities en los darts y una explicación del proceso industrial.
También podrás conocer las pozas de Los Amargos, pequeñas piscinas de cloruro de magnesio en medio de una gigantesca planicie de sal.
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Es posible sumergirte en ellas, con precaución, evitando que el agua te caiga en los ojos. Así como en el mar Muerto, flotarás instantáneamente debido a su alta salinidad. Igualmente, cuida de no chocar con las orillas de sal, pues suelen ser bastante filosas.
El tour dura unas 3 horas y tiene un costo de $800 pesos por persona. Incluye box lunch, entrada a la salinera, seguro de vida y permisos de la compañía Exportadora de Sal S.A. de C.V.