Son las cinco de la mañana y estamos ya en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México para abordar un avión que nos llevará a Puerto Vallarta, uno de los destinos más importantes de la costa del Pacífico mexicano. El vuelo es corto, tan solo una hora con 40 minutos, comparado con las casi 10 que se hacen por tierra.
Si bien, el destino cuenta con paradisiacas playas que no le envidian nada a otras de la República, en esta ocasión pasaremos un fin de semana lleno de aventuras extremas más allá del mar.
Viernes en Puerto Vallarta
Después de desayunar, nos preparamos para nuestra primera actividad del día. Vamos rumbo a Canopy River Park, en el Ejido El Jorullo. Es un proyecto ecoturístico concebido y ejecutado por los propios ejidatarios que arrancó en 2006.

Aunque comenzaron con un tour de tirolesas, con el tiempo, han añadido otras actividades como un paseo en cuatrimotos, rappel, rafting y otras actividades más.
El tour elegido fue Jorullo Bridge RZR, una actividad de aproximadamente dos horas, sin contar traslados ni comida. Consiste en conducir una RZR (vehículo todo terreno) en compañía de un guía un experto, a través de sinuosos caminos en medio de la naturaleza. Visitamos miradores, cruzamos puentes colgantes y hasta nos damos un chapuzón en una cascada.
Tras escuchar con atención las instrucciones y medidas de seguridad de nuestro guía, comienza la experiencia a bordo de RZR. Manejarlo resulta no ser tan fácil como parece, al menos, en lo que te acostumbras a controlarlo. Pero definitivamente es muy divertido andar entre caminos terregosos y curvas pronunciadas.
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El primer puente colgante que pasamos es corto, pero no poco emocionante. Tras cruzarlo, hacemos una primera parada en el mirador de cristal “Jorullo Point”, desde donde se aprecia la Sierra Madre Occidental en todo su esplendor.
Después de contemplar el paisaje y tomar algunas fotografías, el camino sigue abordo del RZR. El guía nos lleva a través de una pequeña “cascada” artificial que nos prepara para lo que está por venir. Esta segunda parada es en El Salto, una hermosa caída de agua que alimenta una poza cristalina, donde nos quedamos un rato para nadar, disfrutar del agua fresca y, como su nombre lo dice, dar un salto desde lo alto.
Llegó el momento de cruzar Jorullo Bridge, el puente colgante vehicular más largo del mundo (470 metros de largo y 150 metros de altura). Debes bajar la velocidad considerablemente o puedes detenerte por completo y descender del RZR, lo que te permite admirar toda la belleza a tu alrededor y hasta debajo, pues, por ahí pasa el Río Cuale.

En el otro extremo del puente, puedes hacer una última parada en un pequeño mirador con bar incluido. Aquí, la idea es descansar en las bancas o hamacas disponibles, y refrescarse con agua o una cerveza bien fría.
Tras dejar las RZR y despedirnos de nuestro guía, llegamos al restaurante de Canopy River Park: Los Coapinoles, con una gran cantidad de platillos. Te recomendamos pedir la parrillada, un platón surtido con chorizo, carne asada, pollo al grill, costillas bbq, nopalitos, cebollas, frijoles, queso fundido (elaborado con leche de vacas locales) y tortillas de maíz y harina.
Al caer la tarde, regresamos al hotel a cambiarnos para recorrer el malecón. El ambiente festivo es constante y las personas disfrutan del atardecer mientras platican, beben tuba (bebida fermentada de palma) o admiran el arte y las esculturas distribuidas por ahí.
El camino nos lleva hacia el restaurante Mar y Vino, uno de los más originales de Puerto Vallarta, al disfrutar de la cena en mesas adentro del agua, por lo que te piden, entres sin zapatos. Desde la terraza del restaurante, puedes ver la playa y la famosa estructura del Muelle de los Muertos.
Sábado en Puerto Vallarta
El día comienza temprano a las siete de la mañana. Nos dirigimos a la Terminal Marítima. Vallarta Adventures se encargó de llevarnos a recorrer todo lo largo y ancho de Bahía de Banderas en busca de ballenas jorobadas, la clase de cetáceo que llega hasta estas aguas para aparearse y dar a luz a sus crías. El avistamiento de este mamífero comienza a principios de diciembre y concluye a finales de marzo. Aunque hay quienes dicen que se pueden comenzar a observar desde noviembre y llegan a permanecer hasta abril.

Hay dos tipos de embarcaciones para realizar el whale watching: en barco o en una lancha Zodiac, la cual avanza a gran velocidad.
Al tratarse de un espectáculo natural, es posible que veas muchas ballenas con sus crías o veas pocas o, incluso, ninguna. El grupo en el que íbamos no corrió con tanta suerte y, pese al esfuerzo del capitán por seguir el rastro de las ballenas, la tarea fue difícil mas no imposible. Poco antes de partir hacia la siguiente aventura del día, ocurrió lo inesperado y avistamos a una mamá con su cría ¡con salto incluido!
Tras este encuentro, la Zodiac se dirigió a Boca de Tomatlán, donde nos esperaba la segunda parte del tour: Outdoor Adventures. Esta actividad operada también por Vallarta Adventures, consiste en una aventura al aire libre que combina un circuito de tirolesas y rappel entre la selva.
Tras desembarcar, abordamos un vehículo Unimog 4x4 que nos llevó al lugar de actividades. Aquí no están permitidos celulares ni cámaras fotográficas, por seguridad. Y también debes de portar ropa y zapatos acuáticos porque, créenos que estarás mojado todo el tiempo.

El recorrido comienza a bordo de una mula, la cual te sube hasta la cima para poder lanzarte de la primera y más larga tirolesa: La Vista, con 170 metros de largo. Y es ahora cuando comienza el verdadero reto, pues siguen más de 10 puntos del circuito: más tirolesas (de pie, sentado, roller coaster y hasta de cabeza), rappel en cascada, toboganes...
La actividad es larga, dura cerca de siete horas, pero te permite sentir la adrenalina en la selva. Cabe señalar que en todo momento se toman todas las medidas de seguridad y estás siempre acompañado por expertos, y tampoco necesitas un nivel específico de condición física.
Al deslizarte por el último tobogán y regresar a la base, puedes disfrutar de algún snack o bebida en lo que esperas el transporte de regreso a Boca de Tomatlán, donde una embarcación te regresa a la Marina. Durante el trayecto, puedes admirar la belleza de la zona.
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El trayecto nos lleva por el Parque Nacional Marino Los Arcos de Mismaloya, Los Arcos son unas estructuras naturales que albergan distintas especies de aves, crustáceos y más, incluyendo el pájaro Bobo de patas azules, una especie que también se encuentra en Islas Galápagos.
La zona alrededor de estas islas de granito está protegida, pero se pueden realizar actividades acuáticas como snorkel, buceo, kayak o paddle board. También es posible encontrarse con delfines y ballenas, como fue nuestro caso.
Domingo en Puerto Vallarta
No podemos irnos de Puerto Vallarta sin tener una última aventura al aire libre y, después de un desayuno ligero, llegamos al centro marino Opequimar. Allí nos espera el fotógrafo naturalista Eduardo Lugo, uno de los cofundadores de Wildlife Connection, compañía dedicada al ecoturismo, estudio y conservación del medio ambiente, y con quien hicimos nado con delfines en libertad.
Comenzamos con una plática con Eduardo, quien explica todo lo que debes saber sobre los delfines, así como reglas que debes de seguir tanto por tu seguridad como por la de ellos. No los puedes tocar ni buscar interactuar con ellos. Más bien, los delfines marcan la pauta del encuentro.

El traslado es en lancha y, mientras buscamos a estos cetáceos, Eduardo nos cuenta que su relación con ellos comenzó con el estudio de un grupo en particular de delfines que habitan en la bahía, los cuales se familiarizaron de cierta manera con Eduardo y el grupo de biólogos que los seguían, lo que permite acercarse, con reservas, a dicho grupo y nadar con ellos.
Encontrarlos no es tarea fácil y tampoco nadar con ellos. La velocidad que llevan es mayor a lo que una persona puede nadar para “alcanzarlos”. El primero en bajar es Eduardo y, cuando lo considera seguro, te instruye a bajar con él. Por su parte, el capitán del barco te va diciendo hacia donde voltear para verlos.
Las vistas bajo el agua son cortas y tampoco ayuda la poca visibilidad que se tiene. Pero la actividad continúa, siguiéndolos en el barco y volviendo al agua para tener nuevamente la oportunidad de nadar con ellos. La actividad es bastante educativa y te permite conocer y admirar en su hábitat a dichos cetáceos acompañado de biólogos expertos en el tema.

La actividad concluye y regresamos al hotel. Comemos y empacamos rápidamente para irnos al aeropuerto y regresar a la ciudad. Desde nuestro asiento, vemos el atardecer y no podemos esperar a volver a este destino que lo tiene todo.
Guía del viajero
- Vuelos desde CDMX: Viva Aerobús y Aeroméxico.
- Hospedaje: Velas Vallarta, resort todo incluido.
Precios de tours:
- Jorullo Bridge RZR Tour: $6,270 pesos por persona. No incluye alimentos.
- Avistamiento de Ballenas + Outdoor Adventure por Vallarta Adventure: $3,762 pesos por persona.
- Dolphins in the wild por Wildlife Connection: varía por temporada, y si la compra es online o en persona. Temporada abril-noviembre: adultos, 80 dólares y 68 en línea; niños (de 4 a 11 años), 50 dólares y 43 dólares en línea.
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