Hace once meses, Fernando Gago decidió darle la espalda al Guadalajara, tomar sus maletas, a su familia y regresar a Buenos Aires, Argentina, a cumplir su sueño de dirigir Boca Juniors, sueño que le duró apenas unos meses, por lo que tuvo que regresar a México, para dirigir al Necaxa.

Vino el esperado reencuentro, el cara a cara y la venganza del Rebaño llegó.

En un plato frío, pero la venganza, dicen así, sabe mejor.

Qué mejor momento para despertar que contra quien osó mancillar el escudo, la historia del Guadalajara. Triunfo (3-1) sobre el Necaxa que vale tres puntos, como cualquier juego, pero que en el orgullo del equipo y su afición, vale mucho más.

Si hace apenas unos días ante el Toluca, el Guadalajara fue exhibido, ahora mostró que tiene plantel para competir, quizá no ante los actuales pesos pesados de la liga, pero sí para buscar una decorosa entrada a la Liguilla, ya sea vía Play In, o directa. Porque las Chivas predicaron con el ejemplo. Fueron ambiciosas y ofensivas; fueron valientes y proactivas y todo eso rindió frutos.

Fernando Gago, recibido de modo hostil por la gente que alguna vez lo llamó “Pastor”, no encuentra cómo este Necaxa pueda ofrecer algo más que buenos momentos, porque en la primera parte ofreció lapsos de buen futbol, pero no mucho mejor que el chiverío, que recibió lo que buscó: goles.

El primer tiempo se hizo adulto cuando comenzó el bombardeo sobre Unsaín: desde Armando González, hombre que se abre espacios y hasta muestra el egoísmo característico del delantero, pasando por Efraín Álvarez, quien tiene hambre de anotación después de fallar aquel penalti contra Tigres.

Chivas logró ser ofensivo robando el balón, jugando fuera del área de los Rayos, pero el tanto, el que abrió el juego nació de su área, de un pase milimétrico de Luis Romo quien proyectó a Richard Ledezma, quien solo tuvo que ponerle el balón a “La Hormiga” para que este abriera el marcador (32’). La participación del mexicoestadounidense no quedó ahí, ahora por el centro del campo filtró la pelota a Sandoval quien con clase y tranquilidad definió por encima del portero necaxista (43’).

Al inicio de la segunda parte, otra venganza se presentó. A Cristian Calderón, quien salió del Rebaño no en los mejores términos, le dio un “ataque de habilidad”, y con la ayuda de rebotes puso el juego abierto con 2-1 (49’).

El Chicote abucheado, besó el escudo necaxista mirando a la tribuna.

Era el momento de los Rayos. Tenían la pelota, tenían la intención, tenían las aproximaciones, pero no la gasolina, la cual poco a poco se les acabó…

Gabriel Milito comenzó a hacer cambios, no hubo la reacción esperada pero controló el juego, y solo hubo un chispazo final, del debutante Samir Inda, quien con seis minutos en el campo ya se estrenó como goleador en el futbol profesional (90’) con un potente disparo de fuera del área que cerró el juego.

Lo mejor para el Rebaño es que los Rayos no supieron qué hacer con el control del encuentro en la segunda parte, y todo acabó con una victoria, con sumar tres puntos, se llega a once, que los regresa a la pelea, que despierta una ilusión y que sabe a venganza.

Google News

Noticias según tus intereses

TEMAS RELACIONADOS