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Yeda, Arabia Saudita.— Real Madrid y Barcelona pugnarán por conquistar la Supercopa de España con el aliciente de que, además de ser el primer título del año, pondrá sobre el tapete del estadio King Abdullah a una constelación de estrellas de ambos bandos con una predicción incierta sobre el desenlace a tenor de cómo llegan ambos a la gran final.
Además del trofeo, el partido concede un botín en forma de victoria psicológica, por la influencia que el resultado pueda tener en el rendimiento de los equipos en lo que resta de temporada en las distintas competiciones que tienen.
La final está repleta de alicientes, al estar garantizada la presencia de las principales figuras de ambos conjuntos, incluido Dani Olmo, después de que el Consejo Superior de Deportes (CSD) le otorgara la medida cautelar de poder ser inscrito de nuevo, al igual que Pau Víctor.
En el Real Madrid, el partido le llega con el depósito de confianza recargado después de estrenar el año líderes en la Liga y de ver cómo sus “galácticos” están en un óptimo estado de forma, cada vez más compenetrados y con más acierto, al sumar el equipo 26 goles en los últimos ocho partidos, con un promedio superior a los tres tantos.
Como Carlo Ancelotti, el Barça tiene operativas a sus piezas principales, entre ellos, Olmo, que podría ser la gran novedad del once en la mediapunta, a costa de Gavi, si bien Flick ha alimentado la duda al elogiar el rendimiento del autor del primer gol contra Athletic.