La reciente "fiesta" que desataron los Dodgers de Los Ángeles —tras coronarse en la Serie Mundial de las Grandes Ligas— ha traido a la memoria personajes que formaron parte de la histórica novena angelina.
Uno de ellos es el pelotero mexicano, Julio Urías, quien este año pudo haber ganado su segundo título —en las Grandes Ligas— con el jersey de los Dodgers. El primero fue en un no tan lejano 2020, cuando la novena de Los Ángeles se impuso ante los Rays de Tamba Bay, rompiendo una sequía que los acompañó durante 32 años.
Entre historias de lo que "pudo haber sido", lo cierto es que la carrera de Urías quedó marcada por la violencia doméstica que ejerció contra su esposa; una agresión que fue captada en video.
Fue la noche del pasado 3 de septiembre de 2023 cuando, en las inmediaciones del Estadio BMO, Urías jaloneó, empujó y lanzó un zurdazo a su entonces pareja.
Ésta no fue la primera vez que el pelotero ejerció violencia de este tipo. Años atrás, en el 2019, fue arrestado por discutir con su esposa en un estacionamiento público. No enfrentó cargos, pero sí tuvo que completar un programa de asesoramiento sobre violencia doméstica. Y fue suspendido por Major League Baseball (MLB) durante veinte juegos.
De ahí que, desde que el rostro del Urías desapareció de los Dodgers, surgieran preguntas sobre qué será de su futuro, marcado por dicha violencia.
Lee también Dodgers realiza espectacular desfile por el campeonato y recuerda el legado de Fernando Valenzuela
¿Qué fue de Julio Urías?
En el presente, Julio Urías se mantiene como agente libre. Sin mayores oportunidades en un cercano futuro.
Si bien surgieron rumores que lo colocaron en la liga japonesa, sólo se quedó en eso: murmullos.
Respecto a la posibilidad de jugar en México, el presidente de la Liga Mexicana de Beisbol —Horacio de la Vega— le cerró las puertas; declarando en una reciente entrevista con MVS que "ningún pelotero que tenga ese tipo de cuestionamientos y sentencias tiene cabida para venir a México".
Legalmente, Urías cumple una condena de 36 meses de libertad condicional, 30 días de trabajo comunitario. Sumado al pago de una indemnización a la víctima y un curso más de violencia doméstica a su historial.