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-Segunda de tres partes-
Desde muy chavito, se empeñó en ganar la oportunidad de convertirse en jugador de las Fuerzas Juveniles del Atlante, siempre, aferrado en que quería llegar a ser un futbolista profesional de la primera división, sin importarle, en lo más mínimo, que su papá ya era un muy destacado locutor de la Catedral de la Radio en México: la legendaria XEW, así como en la XEQ y en XHTV Canal 4. Fiel a sus convicciones y aunque el destino le tenía preparada otras sorpresas, con desbordado orgullo, acepta que, aunque su sueño no se hizo realidad, supo saborear algunos triunfos al haber participado en las mejores ligas juveniles del balompié en México, enfrentándose a poderosos equipos de futbol, pertenecientes a la liga inter española y regional sur de la península Ibérica. Indiscutiblemente, así es como se forjan los líderes y Enrique “El Perro” Bermúdez nació para triunfar.
Reza el dicho que “no es buen jinete el que no cae del caballo”, para mi entrevistado, basado en los sueños “guajiros” de un puberto y al no darse por vencido, construyó la idea de convertirse en un acaudalado empresario hotelero, comenzando como guía de turistas, para ello, opta por ingresar a la Escuela Mexicana de Turismo, decisión que abandona rápidamente al descubrir que no era lo suyo.
Demostrándole ser su mejor amigo y velando siempre por su futuro, su papá, don Enrique Bermúdez Olvera, le consigue una chambita con un amigo suyo, don Emilio Martínez, gerente de una estación de radio en León, Guanajuato, la famosa XERW Radio Olímpica en el 1390 de AM…
“Así fue como comencé mi carrera de locutor, a los 17 años de edad y empecé a ganarme el -chivo- por mí mismo”, nos relata, con lágrimas en los ojos, en esta segunda parte de la entrevista con EL UNIVERSAL, el reconocido y galardonado cronista deportivo Enrique “El Perro” Bermúdez.
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Con absoluta sencillez y emoción, nos comparte la sorpresa que le causó cuando sus jefes de Televisa, a los 21 años de edad, le asignan narrar la Copa Mundial de Futbol Argentina 78.
“Fue una experiencia inolvidable que no esperaba haberla vivido. Algo maravilloso que me llegó demasiado rápido, y, todavía más, haber estado compartiendo micrófonos, nada más ni nada menos que con mi ídolo de toda la vida, el grandioso comentarista Ángel Fernández. También tuve la dicha de saludar y trabajar con unos monstruos de la locución, como fueron don Fernando Marcos, Fernando Luengas y Roberto Guerrero Ayala, personajes que escuchaba en mis años mozos, y de repente, estar con ellos... ¡fue una bendición del cielo!”
Por último, al preguntarle ¿un cronista deportivo de tu talla, tiene caducidad para retirarse y tirar la toalla?, enfático, respondió: “Todos, pero todos en la vida, llega un momento en el que tenemos que decir adiós, no conozco a nadie que no tenga caducidad. Concluí una vida laboral, pero mi vida existencial está en manos de nuestro Señor Jesucristo”.
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-Siendo un estudiante preparatoriano y con la preparación física adquirida con el deporte ¿eras muy “perro” con las chicas?
-Ja, ja, ja… A lo Mero Macho, utilizando tu frase, sí, sí era medio “perrón” con las chicas, le hacía justicia a mi “mote”
-¿Cuál fue esa primera chica que logró atraparte?
-Mmm… ¿mi primera novia?, se llamaba Ana María… y su apellido era… ¡no sé! Ja, ja, ja, pero era una chica muy linda, mi compañera en la escuela Liceo Tlalpan.
-¿Cuántas materias reprobaste en la “secu” para poder ingresar a la prepa?
-Hasta eso, fueron pocas, A lo Mero Macho, no era un estudiante de dieces, pero tampoco era de seises…
-Te voy a cobrar derechos de autor eh…
-¿Por tu frase A lo Mero Macho?... ¡sale!, ahora que vaya a México te llamo y los invito a comer, a ti y a tu nieto Adrián, que ya vi que está muy al pendiente de la entrevista. Bueno, te decía que las materias que siempre me dieron problemas fueron Física y Matemáticas.
-Estando ya en prepa, ¿el apellido Bermúdez pesaba mucho, siendo tu papá un destacado locutor de la XEW?
-No, fíjate que no, porque mi papá, en aquel tiempo, era un simple locutor de la XEW y de la XEQ, así como voz en off de XHTV canal 4, pero no era muy conocido. Mis maestros sí sabían quién era mi papá, pero mis compañeros, ni idea tenían quién era ese señor.
-¿Estando ya en prepa, tu vocación se fue definiendo?
-Quería seguir siendo futbolista, aunque jugaba muy bien, pero no me alcanzó para cristalizar ese sueño de convertirme en un jugador profesional.
-¿Tocaste puertas en algún equipo profesional de primera división?
-De hecho, estuve jugando durante algún tiempo en las Fuerzas Juveniles del Atlante y hasta ahí llegué…
-Bueno, hay veces que perdiendo se gana.
-En efecto, tengo el orgullo de haber participado en las mejores ligas de México, como lo fueron las inter clubes, dentro de un equipo que se llamaba “Cantábrico” de la colonia del Valle, al grado de enfrentarnos con la liga inter española y regional sur de España, una liga mucho muy buena y con el equipo Xotepingo… ¡Uf, qué recuerdos!!
-¿Cuándo es que empiezas a querer ser locutor?
-Exactamente, estando ya en prepa. Creo que me invadió la herencia de mi padre…
-¿Descubriste que poseías un muy buen tono de voz?
-Más que eso, me atraía muchísimo la comunicación y como que me presté a esa inclinación.
-¿A qué edad empezaste con la locución?
-Mucho muy joven, había terminado la secundaria, porque solamente hice un año de prepa…
-¿Por qué…?
-Me parecía sumamente aburrida y decidí estudiar Turismo.
-¿En qué escuela?
-En la prestigiada Escuela Mexicana de Turismo en 1979.
-¿Cuál era tu aspiración?
-Llegar a convertirme en un importante administrador hotelero, así como guía de turistas.
-¿Los sueños de joven puberto…?
-¡Eso mero!, de inmediato, idealicé que mi papá me podía comprar mi camioneta Buick y llevar turistas gringos y franceses a las Pirámides de Teotihuacán, pero, también, en viajes más largos como Acapulco y Cancún… ¡Eso es lo que me llamaba la atención a mis 16 años!
-¿Terminaste la carrera de Turismo?
-No, a los dos años de haber ingresado, abandoné la carrera…
-No entiendo, ¿Te habías convertido en un chamaco rebelde?
-Totalmente, rebeldón…
-¿Tu papá puso el “grito en el cielo” y cambió su actitud de “buena onda” contigo?
-Sí, se puso sumamente serio conmigo y me dijo: “Como ya no quieres estudiar a tus 16 años, está bien, pero, a partir de ahorita, … ¡te vas a poner a trabajar! En esta casa, el que no estudia se pone a chambear”.
-Vaya, provocaste el lado oculto de tu papá…
-Arrebatos que uno hace de chamaco, muy a pesar que ya teníamos una posición económica en casa, muy cómoda…
-¿Y qué sucedió?
-Me consiguió chamba con un amigo de él, don Emilio Martínez -QEPD-, quien era gerente de una estación de radio en León, Guanajuato, la famosa XERW Radio Olímpica en el 1390 de AM. Así fue como comencé mi carrera de locutor a los 17 años de edad y empecé a ganarme el “chivo” por mí mismo…
-¿Recuerdas algunos de esos pasajes como incipiente locutor en León?
-¡Sí!, cómo no, decía “al aire”… ¡Radio Olímpica 1390, para que la pase bien… vamos a presentar a los Teen Tops, luego, llega Alberto Vázquez con su canción “El Pecador” y, cuando termine, aparecerá la gran Lucía Méndez…!!
-Vaya manera de estar “al aire”, completamente original, ya traías ese sello tan personal.
-Me encantaba presentar rock en español…
-¿…Y luego?
-Me fui a vivir a Guadalajara y comencé a trabajar en el Canal 58, que, normalmente, su programación era música clásica, pero yo ponía pura música en ingles con los inmortales The Doors, The Rolling Stones y The Beatles.
-¿Pero cómo es que das ese salto de locutor musical a los deportes?
-Esa, es una anécdota muy curiosa…
-¡Venga!
-Resulta que…
-¡Ya no la hagas de emoción!, recuerda que estamos vía zoom y el tiempo nos come…
-Ja, ja, ja, un día, se enfermó un narrador de futbol y el dueño de la estación, don Manuel López, me dice… “Oye, tú vienes de la Ciudad de México, por favor, recomiéndame un narrador de futbol porque se enfermó uno de mis narradores y necesito uno para pasado mañana que narre un partido del Atlas…”
-¿Y qué hiciste?
-Me puse a pensar en quién le podría ayudar, en eso, una voz interna me dice: “No seas tonto, dile que tú puedes. Toda tu vida has jugado futbol desde los siete años”.
-¿Era la voz de Dios…?
-Indudablemente… ¡Era la voz de Dios!, además… ¡se trataba de mi equipo favorito! Sin perder un minuto más, creo que hasta le grité… ¡yo puedo! Don Manuel voltea a verme un tanto incrédulo y me pregunta: De verdad… ¿Te avientas?...
-¿Te temblaron las piernitas?
-¡Para nada!, con absoluta seguridad, le dije que sí… ¡y me aventé! Ahí, fue donde arrancó mi carrera de cronista, narrador y comentarista deportivo.
-¿Cómo te sentías narrando futbol a los 19 años de edad?
-Mucho muy contento, sabía que… ¡eso era lo mío!
-¿Cuánto tiempo duraste ahí en Guadalajara?
-Dos fabulosos años, en donde fui aprendiendo y adquiriendo experiencia. Luego, me regreso a la ciudad y comienzo a trabajar como locutor en XHDF Canal 13 de televisión, mucho antes que se llamara Imevisión y se convirtiera en lo que hoy se conoce como TV Azteca. Hay que recordar que, en ese tiempo, sus estudios estaban ubicados en la calle Mina, muy cerca del Metro Hidalgo y sus oficinas estaban en la Torre Latinoamericana, en donde permanecí trabajando durante dos años.
-No cabe duda que naciste para triunfar…
-Muchas gracias, pero no me des cuerda…
-¿Y de Canal 13, en la Ciudad de México, a donde te vas?
-Me regresé a Guadalajara y continué como narrador de futbol en Canal 58 y, de manera simultánea, con la XEW Guadalajara. Asimismo, puse un negocio junto con un gran amigo de la infancia, quien, además, fue mi cuñado, Antonio Lukinovic Miranda, porque se casó con mi hermana Tere.
-¿De qué era el negocio?
-Toño era mucho muy bueno para diseñar, un fantástico empresario y comerciante, sus abuelos eran judíos…
-¿…Pero de qué era el negocio…?
-Empezamos con una boutique y le pusimos el nombre de “El Sótano”, nos fue tan bien, que llegamos a tener cinco.
-¿Qué edad tenías?
-21 años… para no hacerte el cuento muy largo, me quedé a vivir en Guadalajara durante muchísimo tiempo…
-Discúlpame, pero el tiempo se cuenta por años…
-Ja, ja, ja. Te lo dejo como muchísimo tiempo porque fue ahí en donde me casé a los 26 años y a punto de cumplir los 27.
-¿Qué edad tenía ella?
-Acababa de cumplir los 18 años, siempre, ha estado mucho muy bonita. Si te digo que fueron muchos años fue porque, ahí, también nacieron mis hijos Vadhir y Jordana. Para que no te enojes, creo que estuve viviendo en Guadalajara casi 30 años.
-¿Quién te abre la puerta para llegar a ser un extraordinario comentarista deportivo de Televisa?
-Estando allá en Guadalajara, en octubre de 1976, gracias a que se enfermó Nacho González narré mi primer partido del Atlas para Televisa.
-Honor a quien honor merece…
-Muchas gracias, querido Edmundo.
-Es sorprendente que, a tan solo dos años de haber ingresado a la televisión, te encomienden la difícil tarea de narrar… ¡tu primera Copa Mundial!
-¡Bendito Dios!, ha sido muy generoso conmigo. En julio de 1978, ya estaba narrando mi primera Copa del Mundo en Argentina… -intempestivamente, el torrente de voz de Enrique “El Perro” Bermúdez, se ve quebrantado, me pide unos segundos, respira profundamente, bebe un poco de agua y continúa su delicioso relato-: “Un año que jamás olvidaré en lo que me resta de vida”.
-¿Pero quién fue esa persona que te brinda la mano amiga?
-En una de las muchas narraciones de futbol que hacía por radio, me escuchó don Emilio Diez Barroso Azcárraga, quien era presidente del América y Eventos Especiales de Televisa, además, era sobrino de don Emilio Azcárraga Milmo, me escucha y le ordena a su chofer que investigara quién era el que estaba narrando el partido desde el Estadio Jalisco porque le gustaba cómo lo estaba haciendo, y averiguan que era yo…
-¿…Y…?
-Entonces, don Carlos Pickering Jurado, que también fue un tremendo locutor, me habla un jueves…
-Oye, por lo que he visto, los jueves tienen un significado especial para ti…
-¡Exacto!, las mejores cosas y hasta las peores… ¡siempre han caído en jueves!...
-¿Pero qué te dijo don Carlos Pickering?
-Simplemente, me preguntó que si me gustaría narrar partidos de futbol en televisión… Sin pensarlo más, le dije que sí, y todavía me pregunta… ¿Sabes cuánto pagan? ¡No sé!, fue mi respuesta un tanto altanera, pero le dije que no me importaba cuánto pagaran.
-A lo Mero Macho, ¿cuánto te pagaban por partido?
-¡800 pesos…! Así es que, al sábado siguiente, debuté narrando mi primer partido, nada más ni nada menos que con mi equipo favorito… ¡el Atlas!, y, de ahí, para adelante. Ahorita que hago cuentas, apenas tenía 10 meses de haber narrado mi primer partido para la televisión, cuando me asignan irme a la Copa del Mundo Argentina 78, a los 26 años de edad.
-¿Lloraste de emoción?
-Como lo estoy haciendo ahorita contigo, que me has llevado de la mano, paso a paso, desde mi niñez hasta la narración de mi primer Copa del Mundo en Argentina 78. Querido Edmundo, es la primera entrevista, en toda mi vida, que un reportero de tu calidad, aborda el aspecto humano, me siento muy feliz que sea EL UNIVERSAL a quien le estoy contando todo esto, claro, a través de tu valiosa pluma…
-Cuéntame rápidamente, ¿cómo estuvo ese viaje y qué sentiste estar en Argentina con una enorme responsabilidad sobre los hombros…?
-¡Sale, vale!, hay una anécdota muy chistosa…
-¡Te estás tardando!, recuerda que no estamos en televisión, pero el tiempo en zoom es de una hora como me lo indicaste…
-Estaba tan, pero tan verde que, con “mi padrino” en narraciones, don Roberto Guerrero Ayala, y compañero de narraciones en Guadalajara, por cierto, tu paisano de Zamora, Michoacán, aunque tú eres de Pátzcuaro…
-¡Deja de estar investigando mi origen!, mejor cuéntame…
-Ja, ja, ja, mi querido padrino sigue siendo locutor, qué curioso, hablé la semana pasada con él, creo que me lleva 14 años de edad, acaba de cumplir 88 y sigue estando “al aire”, en un programa de futbol y otro de toros, en una estación de radio en Guadalajara.
-¿Y lo del viaje a Argentina….?
-Íbamos a volar México – Buenos Aíres, pero no sé qué demonios sucedió… ¡y que nos mandan vía Estados Unidos!, estando en Los Ángeles, California, resulta que yo no traía visa…
-¿Así de novato?
-¡Así, tal y como te lo estoy contando. Me agarran los agentes de migración de Estados Unidos… ¡y que me detienen!
-¿Y qué sucedió?
-No sé qué hizo Roberto, pero dos agentes me llevan hasta el avión en donde ya estaba a punto de despegar directo Los Ángeles – Buenos Aires…
-El susto de tu vida…
-¡No sé!, pero fue mi primera gran anécdota, detenido por la policía en Estados Unidos, por poquito no llego a mi debut a la Copa del Mundo Argentina 78.
-Insisto, A lo Mero Macho, naciste para triunfar en la vida…
-Nací para luchar, pelear y hasta triunfar. Pero no todo ha sido éxito.
-¿Has tenido descalabros?
-¡Por supuesto!, hasta dolorosas derrotas, sufrimientos y heridas que duran mucho para sanar…
-Un hombre tan exitoso como tú, ¿sabe del dolor?
-¡No provengo de otro planeta!... La vida está llena de contrastes y sé lo que es blanco y negro, lo bueno y lo malo… ¡todo!, mi querido Edmundo.
-Oye… ¿es padre vivir de la “patada”?
-Desde los 16 años… ¡he vivido de la “patada” y hasta me ha encantado! Es padrísimo.
-De las 12 Copas del Mundo que te ha tocado narrar, ¿cuál de todas ha sido la que más te impactó?
-¡Esa, es una pregunta muy interesante! Sin lugar a dudas, han sido dos las que me han dejado una huella. En primer lugar, obvio, Argentina 78 porque fue mi debut…
-¿Y la segunda?
-Pues Qatar, porque fue mi despedida…
-Ahora si como la melodía “Debut y Despedida” de Los Ángeles Negros?
-Déjame remontar a la primera de Argentina 78 porque fue una enorme experiencia e inolvidable que no esperaba haberla vivido. Algo maravilloso para mí, que me llegó demasiado rápido, la verdad. Pero todavía más emotivo, para mí, haber estado compartiendo micrófonos, nada más ni nada menos que con mi ídolo de toda la vida, con esa deliciosa narración que hacía el GRAN ÁNGEL FERNÁNDEZ, así con negritas y mayúsculas. Que en paz descanse. También tuve la dicha de saludar a don Fernando Marcos, enormes personajes que escuchaba en mis años “mozos”, así como Fernando Luengas y Roberto Guerrero Ayala, … ¿y de repente, estar con ellos? Eso, … ¡fue una bendición del cielo!!
-¿Y Qatar 2022?
-Pues para qué te digo, mucho muy emotiva, porque me hicieron entrega de ese valiosísimo trofeo que recibí de manos de Ronaldo y una serie de homenajes completamente inmerecidos. Edmundo, tienes un don especial para tocar las fibras del alma, mira, me tienes chillando de emoción.
-¡Y era verdad!, mi nieto Adrián, que siempre me acompaña en las entrevistas, permanecía al pendiente por si nos fallaba la conexión vía zoom, estaba impresionado de ver llorar de emoción a tan enorme personaje…
-¿Y las restantes 10 Copas Mundiales?
-Todas, tuvieron su sello particular, sus anécdotas y experiencias, pero, repito, la primera y la última han sido las que me hacen llorar, por lo que has logrado sacarme desde muy dentro de mi corazón.
-¡Gulp!, una disculpa por hacer aflorar esa sensibilidad de un extraordinario ser humano llamado Enrique Bermúdez de la Serna…
-¡No hombre!, de verdad, el agradecido soy yo por esta deliciosa charla, que, para mí, no es una entrevista periodística.
-¿Ya quieres que concluya la entrevista?
-¡Ni madres!, ya me motivaste… ¡ahora te aguantas! Dile a tu nieto que, si se corta la señal, yo invito otra hora…
-8 Copas Europeas, 3 Juegos Olímpicos… ¿Qué demonios le hace falta hacer en la vida al monstruo del micrófono que tengo la fortuna de tener enfrente, aunque sea vía zoom? ¿Un cronista de tu talla, tiene caducidad para retirarse y aventar la toalla?
-Todos, pero todos en la vida, llega un momento en el que tenemos que decir adiós, no conozco a nadie que no tenga caducidad… Bueno, sí, nuestro Señor Jesucristo es el único que tiene vida eterna. Terminé una vida laboral, pero mi vida existencial, está en manos de Jesucristo.
-Continuará-
FE DE ERRATAS: En la primera parte de esta interesante entrevista, por un error de dedo, involuntariamente, se cambió el apellido del medio hermano de Enrique “El Perro” Bermúdez, Mario Dosamantes de la Serna y se publicó, erróneamente, como Mario Bustamante de la Serna, de antemano, una disculpa por la travesura cometida por los espíritus chocarreros que se andan paseando con motivo del Día de Muertos.