Apenas estaba por terminar la primera mitad, pero el coach se desgarró la garganta en cuanto vio que Matthew Stafford conectó con el ala cerrada Davis Allen para su segundo pase de anotación en la noche.

No era para menos. Los Rams de Los Ángeles se colocaban con 21 puntos de ventaja sobre los Vikings de Minnesota, en el último partido de la Ronda de Comodines, colchón que fue suficiente para que los californianos ganaran un partido (27-9) que para ellos significaba mucho más que el boleto a la ronda divisional en los Playoffs.

Eso explicó que varios de sus integrantes y centenares de aficionados derramaran lágrimas en las tribunas del estadio State Farm.

Mientras Los Ángeles sigue en estado de alerta por los incendios más devastadores en su historia, los Rams demostraron que el corazón de la ciudad tiene un tamaño mucho mayor que la tragedia.

Lee también

Tuvieron que encontrar refugio en el hogar de los Cardinals de Arizona y no eran favoritos en las apuestas. Eso fue lo de menos para el equipo liderado por Stafford, quien volvió a tener otro buen partido cuando más importa. Terminó con 209 yardas por aire y un par de envíos de touchdown.

La fabulosa temporada de 14 victorias de los Vikings quedó en simple anécdota gracias a un equipo que se hizo fuerte ante la adversidad. Durante la primera mitad de la campaña, incluso se hablaba de que Los Ángeles se desprendería de piezas importantes, porque tenía pocas posibilidades de clasificar a la postemporada. Después, una tragedia lo obligó a jugar en un campo neutral. Fue lo de menos.

Estos Rams de enorme corazón siguen vivos y el domingo visitarán a los Eagles de Filadelfia, en la ronda divisional.

Lee también

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses

Comentarios