Si hay alguien capaz de quitarle el invicto a los Chiefs de Kansas City, ese es Josh Allen, con los Bills de Buffalo; esta tarde ambos equipos compiten en el Highmark Stadium en otra edición de esta rivalidad.
La semana pasada, los Chiefs estuvieron a nada de perder su racha invicta contra los Broncos de Denver, pero en el último segundo apareció Mike Danna, de los equipos especiales, para bloquear la patada de gol de campo y convertirse en el nuevo héroe de los bicampeones.
Con ese terrible susto es con el que visitan el estadio de los Bills, con un Josh Allen renovado, más maduro y demostrando que no necesita de un receptor top como Steffon Diggs para destacar su poderoso brazo.
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Además, guardan el rencor por la eliminación de la temporada pasada en el juego divisional, en el que los Chiefs los derrotaron con un apretado marcador de 27 a 24.
Kansas City ha destacado por la ausencia de espectacularidad en su juego, pero la experiencia y el espíritu ganador pesa mucho, basta un momento para sacar el colmillo y acabar con sus víctimas en el momento preciso.
La rivalidad entre Mahomes y Allen está muy cerrada, desde su primer cruce en 2020, sólo hay un juego en favor de los Chiefs (4-3), la diferencia radica en que los Bills no han podido ganar ni uno de los tres choques que han disputado en postemporada.
Pero esto aún es la campaña regular, y ahí es donde Buffalo tiene la ventaja y la oportunidad para recetar esa derrota que cale profundo en el Chiefs Kingdom.