Pasaron exactamente 16 años para que el trono de la NBA sea ocupado nuevamente por los (106-88), que impusieron su grandeza ante el proyecto a futuro de los Dallas Mavericks y conquistaron el campeonato número 18 en su historia. Ahora, el mítico estadio TD Garden suma un nuevo estandarte en su imponente exposición de títulos.

Jayson Tatum asumió el rol de estrella, no cedió ante la presión y se echó el equipo al hombro anotando 31 puntos, 9 rebotes y 11 asistencias, superando en el camino a leyendas como Kobe Bryant y Robert Parish, para convertirse en el jugador con más puntos en Playoffs de la NBA antes de los 27 años y el sexto con más puntos en postemporada en la historia de los Celtics.

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“No hay alegría sin aflicción” señala un proverbio celta que describe de manera perfecta el camino que recorrieron estos Celtics para lograr el campeonato. La serie estaba lista para ser barrida en el juego 4, pero los Mavs, guiados por Luka Doncic y Kyrie Irving, villanos ideales a esta historia, se levantaron para forzar un quinto duelo. Sin embargo, en casa, y con su gente, Boston se impuso desde la primera mitad, que cerró con un triple detrás de mitad de cancha cortesía de Payton Pritchard para alejarse por 21 puntos.

Digno de las Finales de la NBA, el juego 5 fue físico, intenso, tuvo tiros espectaculares y otros que entraron con suspenso, como si fueran todos protagonistas de una película que se convertirá en un clásico de todos los tiempos. Eso significa este campeonato para los Celtics, consagrados por encima de Los Ángeles Lakers como los más grandes.

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Este campeonato no se podría entender sin la dirección técnica de Joe Mazzulla, que llegó a Boston para apagar un incendio y regó de gloria al gigante dormido, la experiencia del dominicano Al Horford, los triples de Derrick White y figuras que cayeron como anillo al dedo al equipo como Kristaps Porzingis y Jrue Holiday.

Finalmente, a los nombres de Bill Russell y Larry Bird ahora los acompañan Tatum y Jaylen Brown, los dos grandes protagonistas que escriben con letras doradas sus apellidos en la historia de la franquicia cinco años después de ser seleccionados en el Draft y en sus segundas Finales, lograron levantar el trofeo Larry O’Brien.

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