La guerra ha comenzado en Honduras. La presión sobre la se sintió al haber puesto un pie en suelo catracho.

El equipo nacional mexicano al mando de Javier Aguirre ya pernocta en suelo hondureño, de cara al juego de ida por los cuartos de final de la Liga de Naciones de la Concacaf.

El juego se desarrollará en el estadio Francisco Morazán, de los más antiguos del país y de mediana capacidad, no se llega ni a los 20 mil espectadores, pero que fue escogido por el peso que puede ejercer el público sobre el equipo mexicano, presión que ha comenzado desde esta noche.

Después de llegar al aeropuerto de San Pedro, la Selección Mexicana se trasladó sin problemas al hotel de concentración, el mismo que ha usado desde que visita esta ciudad hondureña, a inicios de los 90.

Cuando el equipo llegó, ya lo esperaban los medios mexicanos que cubren al equipó mexicano y algunos hondureños.

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Además, claro está, de afición local y es ahí donde comenzó la llamada guerra.

Uno a uno descendían los jugadores del cuadro tricolor, cuando un aficionado comenzó a gritar: “Debería darles vergüenza. La última vez que nos ganaron lo hicieron por el árbitro”, en clara alusión al juego de la Liga de Naciones pasada, donde el arbitraje del salvadoreño Iván Barton, “ayudó” a México a vencer a los catrachos en el juego de vuelta disputado en el estadio Azteca.

“Ahí viene Barton, ahí viene Barton”, decía el aficionado ante el paso de los jugadores, quienes no se engancharon en ningún momento.

“Aquí estamos puros catrachos, no hay árbitro, para que sientan la presión para pasado mañana”….

Los jugadores entraron al hotel, el último en bajar del autobús fue Memo Ochoa, sin novedad alguna.

Este día el Tricolor entrenará en la cancha del Francisco Morazán, y Javier Aguirre junto a un futbolista, dará una rueda de prensa.

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