Arlington, Estados Unidos.— no tiene presión ni urgencia por ganar, gustar y golear. Su única obsesión, por ahora, es conocer a los suyos y dejar contenta a la afición que asista a su duelo frente a Canadá, esta noche.

El Vasco sabe que tiene “licencias”, al ser sus , pero la intensidad y el esfuerzo no son negociables. No en su gestión.

“No es tan fácil. La gente que vaya viendo a su equipo comprometido, se irá acercando. Dolería si el equipo no hace nada por ganar, eso me dolería. Un equipo pasivo, sin alma... Eso, para mí, es una patada en el estómago. No veo a un equipo mexicano que no luche; no lo concibo. Aquel que no lo entienda, se puede ir a su casa”, declaró.

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El timonel de la Selección Nacional es frontal. Sus jugadores saben perfectamente lo que quiere en el terreno de juego y la disciplina se ha convertido en la nueva bandera del combinado tricolor.

“En mi época se fumaba, se podía salir a comer; hoy es imposible. Están todos encima de ellos [jugadores]. No necesito llegar con el látigo, entienden lo que es su profesión. A mí no me ha pasado. Creo que soy un tipo frontal, hombre de futbol, se puede hablar conmigo”, aseveró el Vasco.

¿El resultado? Es lo de menos. En este arranque de su tercera etapa al frente del cuadro mexicano, Javier ha priorizado otras cosas, al interior del grupo.

“La afición... Lo que pasa es que son [juegos] de preparación, se vale. Tenemos licencia como entrenador. Algunos priorizan el resultado, pero en estos partidos prefiero ver cosas. Con jugadores que no conoces de nada, ganar es importante, te refuerza la moral, entras con mayor vigor. El funcionamiento, es difícil que sea de maravilla. Canadá nos exigirá más”, concluyó.

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